lunes, noviembre 29, 2004

horney

y como las chivas perdieron y ya valimos madre, pues no queda mas que llorar y no agûitarnos, dios no ha sido benevolente conmigo desde este año, por lo menos hubiera héchome caso con aquella frase después después que me dejó mi ahora exnovia: Cambio mi vieja, por un campionato, pero parece que ahora se ensaña conmigo, bueno, como perdieron las chivas y ya qué y porque no tengo nada que escribir, no hay nada, absolutamente nada porqué hacerlo, les dejo un cuento que hice el año pasado para la fil. ahora que estamos nuevamente de moda.




Horney

Pack-man y Mario Brons quedaban atrás, lo chido era World Heroes o Street Fighting. En el cine rifaban Kurt Rusell, Stalone, o Segal. En lo que las del salón se entretenían viendo Roberto Palazuelos o Arturo Peniche en las churrocientos novelas marca telerrisa, yo entraba a las maqui. En las mañana la secu y en las tardes las maqui. Me cagaba la madre las viejas del salón. Conducta: HEROÍNA—BUENONA—ROMPECORAZONES, CACA—ROSA derritiéndose por el tercero, por el carita. Y yo y mis compas solo pensando donde meterla, no importaba si con la mas federal (al fin y acabo nadie se enteraría ) o con la mas buenona, (se estaría presumiendo). Y con las viejas pasaba lo mismo, aun cuando la Rocío y la Marta ya habían iniciado a dosquetres, las otras imaginaban el qué se sentirá desde la que decía que solo lo haría por amor, hasta la que decía que solo en el matrimonio para tener hijos (y vaya que los tuvo)

Ese día nos hicimos la pinta. Renta de porno en casa de Eduardo. Sus jefes habían salido. El juego del TOMA—TOMA—CHUPA—CHUPA. Todos hablando como conocedores: a las vieja les excita chuparla, las de tetas grandes son las mas califas, a mi ya me lo hicieron de perrito. Sentí agruras cuando los mecos quedaron el la boca de la chava que la mamaba, salí casi vomitando de la casa. Me fui a las maquis: EL JUEGO-MONEDAS-JUEGOS. RIO vs KENT, BLANKA vs WHILE, SHUN LEE vs VEGA. No me sentía cómodo. Los monos se quedaron en Whats up. RIO se sentó en una piedra. KENT se rascaba las axilas. SHUN LEE se quitó la ropa y comenzó a cogerse con Vega. Los otros monos esperaban su turno, yo me fui a casa.

Me encerré en mi cuarto, encendí la tele y ahí estaba: Yolanda Andrade. 20AÑOS—CHICHIS—FIRMES—BUENTRASERO, y yo JARIOSO—CALENTURIENTO—13AÑOS. El pito hablaba: ¿ton’s que, por la Yolanda, si o qué? Comencé a frotarlo. A partir de esto la rutina era LLEGAR CASA—ENCERDER TELE—VER YOLANDA. Al paso de los días Yolanda vino a visitarme, me tumbaba en la cama, el juego del TOMA—TOMA—CHUPA—CHUPA. Su cara llena chocomil, resistol. Las visitas fueron mas frecuentes. Podía presumir que no soñaba con estrellitas, que yo me parchaba con Yolanda Andrade.

Ya no pude ir a la escuela. Mi cuarto era un caparazón. Estaba forrado de cabellos. Me habían crecido en las axilas, en la mano. Si alguien quería entrar tenía que cortarlo. Olía a pito, había plasta blanca y quien entrara podía ser devorado. Mis amigos llamaban por teléfono y no podía contestar. Yolanda ya no pudo irse.

Llegó una misiva. Papás cortaron cabellos. Yolanda se escondió bajo la cama. La peste que salía de la boca de mis padres secaron las plastas. Desinfectaron el cuarto. Cortaron las fotos que tenía en el closet. El director fue el causante de la misiva y de la salida de Yolanda. Jamás regresó. Ayer la vi conduciendo un programa, hice una señal para que no me hablara. Si viene los psicólogos la van a matar con un matamoscas. Ya han pasado varios años de eso. A este paso nunca confesaré que ahora lo hago con Zafiro Ortega.

viernes, noviembre 26, 2004

¿qué nombre le pondremos a la angustia?
reforzaré la estructura de la sangre
será viento a punto de destruirlo todo
un pájaro y un insecto en la hierba seca
seré una piedra que no pese y un instante

buscaré las plantas que liberen el sueño
las que curan llagas y heridas
las que pongan en mis labios furiosos
y desesperados la esperanza


++++


esperaremos la hora del agua y su agonía
¿qué le lloraremos a la tarde?
rezaremos por las palabra que han marchado
y la geografía que ha quedado esteril
quitaremos cráneos y maleza
bendeciremos el sudor y lo regaremos de madrugada

¿a qué hora nos barrarán las simetrías?
estoy tan lejos de todos
y de lo que pude haber sido

completo Antonio
tu cuerpo quebradizo a punto de fallecer
tu rostro tímido y asustadizo como una hojarasca
que piensa que puede enfurecer el viento

¿qué le aportaremos a la historia?
ya pintamos el mundo del color que solo tu y yo vemos
escarbamos para encontrar huesos que habíamos escondido
inventamos el tren que debía conducirnos a la metafísica del viento
crecimos con las horas movedizas que nos recrean
encerramos el canto de las cholongas en un piedra
ya fuimos tu y yo
una sombra unida a su frontera

domingo, noviembre 21, 2004

bestial

¿a quién crucificaron ayer?
¿quién es ese pinche enfermo que perdió el respeto y contagió las palabras?
me ha vencido el odio y estoy actuando de forma endurecida
sé señores que no soy ninguno de ustedes y no pretendo
no soy el batillo que no deja de sobarle la mano a su novia
tampoco la reportera que ha informado lo bajo que soy
ni el mezquino sin webos que le gusta chingar gente

señores: se necesitan ovarios y testículos para escribir desde las sombras
el asesino, el violador, el enfermo tiene mas poesía en sus uñas
que todos ustedes y sus libros
la zorra abre las piernas y pide fornicio
entren señores y florezcan sus vergas que la puta no está cobrando
el cocomaico no deja de estar aspirando y amenazando
piensa que su sonrisa intimidante puede destruirlo todo
el treintañero quiere masturbar al mas joven invitándole una porno
mis palabras son crudezas golpean a la zorra, al pendejo y a mí mismo:
la madre moderna no deja de aconsejar a su hija
que no hable con extraños mientras chupa pitos
esto que digo no es para ti si no estás invitado al festín de las bestias
un ruco le encontraron pantaletas de las niñas que se han perdido
otro chupa la verga en los baños públicos
ya puta que me dio por el culo y el bato que me rompió la madre
caminan como si hubieran hecho la gran hazaña
se me ha acabo la inocencia y es hora que escupa en su cara
escucho el canto de las víctimas abriendo sus panochas
comiendo su remordimiento
es verdad que soy loco, que estoy enfermo y puedo contagiarlos
¡quién eres tú chamaco para darme consejos?
yo soy un cristo abandonado y tirado a la banqueta
soy un cristo enfermo en un río blanco
soy un cristo vil y bajo

se que la dirección del viento está cambiando
hace falta para ver tus lágrimas crear poblados
la carne ablandarse y abrirse
voy a florecer en cada uno de tus dedos
te daré lo que me quede


cuando llegue lo que tenga que empezar
no matará nada
estará haciendo frío y tu corazón no morirá
me quitará la sangre para limpiar la tuya
y nada habrá de pasarnos


***

¿qué significa tener el rostro en la muerte
ser universo que reviente en lágrimas
o un espejo carente de simetría?

qué frágil es el cuerpo cuando es arrancado
desciende a las profundidades de la carne
como páramo de veneno en una cueva de lobos
como una patria árida o un árbol ausente

***

no quiero que el remolino choque y se acabe
la torre que cayó en mi es enorme
su violencia acabó conmigo
siento pena
tanto desconsuelo y soledad hecha trisas

Antonio
yo te hubiera cuidado mejor si fueras mi hijo
padezco lo que tu padeciste
voy a tomar con tus manos los pájaros y aliviar lo reseco
no quiero que las calles me caminen y se detengan
quiero que seas mi casa
que estés cuando sea pus y me llene de dagas
cuando ya no pueda verte porque el tiempo no lo permite
mira cuanto desamparo se finca en mi cuerpo
busca llenarse de agua
construiré una torre que no ha de llenarse nunca
hay remitentes ni destinatarios
¿ a quién engañaré escribiendo?
¿ qué color le pondré al mundo?

sábado, noviembre 20, 2004

Dialoguito

--¿ y porqué la gente dice y escribe pendejadas?
--porque realmente piensan que interesa

poemas de Juan Cervantes y Miguel Angel Leos

Juan Antonio Cervantes
Guadalajara 1974. Sus poemas han aparecido en revistas como Subterráneo, Acentos, espejo humeante.


Yo no puedo decir de Venus
la total belleza de sus atributos de diosa,
de sus ademanes exquisitos
pendiendo en el aura de su aire
y de su mirar perpetuo...
No, yo no puedo decir,
mortal escueto de barro y de saliva...
Puedo decir, por ejemplo, de Patricia,
de Carmen, de la muchacha que atiende
la vitrina estelar en el tercer piso de una tienda;
de Celeste, cromada y tubular,
de Lucrecia, ampona y lúdica como los girasoles...



Uno necesita embriagarse
a sí mismo. Necesita.
Necesita sentirse elefante
para gritar todo el odio de las luces
y el circo, para pararse en una pata
y darle un chingadazo a la gran pelota
que es el mundo.





Señor, una silla de ruedas, es un carruaje tirado
por una ingeniería mas complicada
que el bonito carro que usted transita,
mucho mas complicada y efectiva
que sus diarios aconteceres
en los que usted pende de un hilo
como un asustadizo equilibrista,
a la hora, de ir a conquistar el mundo que a usted le pertenece.
No se estacione señor, usted no es un tonto.
¿ O alguna vez ha confundido el cianuro
con un buen trago de vino ?


Por que hay tantos obstáculos
En el jardín floreado
Para llegar hasta tus piernas

Por que no mejor sentarnos
a pie de tierra
para mirar como nuestros
felinos beben agua
del incendio

Por que no dejarlos
que se laman
que se muerdan
que se rujan como dos lindos gatitos
cuando les falta el aire



No, no sé si verdaderamente me quieras
como dices...
pero, ese es tu problema no el mío.

He aprendido a querer sin que me quieran
y ya no me he desilusionado tanto.

Yo te quiero y bueno,
sino también.



No amor, serenata quizás no pueda llevarte
Tampoco comprarte un lujoso auto último modelo
Darte para gastar en fabricas
O poner tu nombre en una manta blanca
Para colgar de un puente
Con la leyenda de un bla, bla, bla,
Que puedes encontrar en mas torcido árbol

No puedo francamente

Puedo tratar de escribirte un poema
Aunque de poeta no tenga nada
Y sin la necesidad de que te quites los calzones
Diciendo que amas el poema número tres de Neruda
Y su canción desesperada...

Soy franco; En verdad puedo esmerarme

Hacer lo posible para decir
Que tus nalgas son lo esto y lo otro
Que lucen de tal y cual manera
Como un elegante escribano de la generación del 27

En verdad puedo esmerarme

Aunque frente a ellas, pierda por un instante la respiración y la cordura
Y termine pensando en el vuelo algebraico de las golondrinas
Sin saber por que


Fumo o escribo.

O escribo con el humo
mas fugaz y delgado,
o fumo con las letras mas ondulantes
y ligeras :
aquí escribí humo
aquí escribí
aquí



Amor, esta barca de los dos
se la trago el mar
Y ella,
triste y sola,
sigue soñando al faro



Soy feliz de esta manera.
Y si, pueden decir de mi
lo que quieran.
Pueden decir abultadamente
todo, sin excluir pena o falsa culpa
¡Me vale aire!
Si ustedes todavía pretenden
conocerme, o tantearme un poco
para ponerse mis tenis de vate,
donde el bien ponderado fracaso
a enarbolado mi gloria.
En verdad, me vale aire hermano,
que creas que soy un entramado suicida
de los días continuos
Que no hay cabida en esta vida,
de esta manera de solo mirarla, aquí,
sentado en el sillón de mis huesos...
o que pienses, en por que la mercadotecnia del espíritu
no ha logrado poner en mí
la mas mínima oferta por salvarme.

Me vale aire...









Miguel Angel Leos
Guadalajara 1975. Sus textos han aparecido en el informador, espejo humeante, subterrâneo. Actualmente cursa la licenciatura de enseñanza del ingles en la UdeG.


MAL SABOR

Tengo miedo
que tu lengua al saborearme
me sienta añejo
Pero tú tienes la culpa
por tenerme tanto tiempo
en el congelador


CONCLUSIÓN

Miles de luciérnagas apagadas
y cientos de perros callados
logran a-penas
penetrar
la soledad de un hombre


SOMBRAS ABRAZADAS

Sombras abrazadas
caminando pegadas
a nuestros pies
se van diluyendo
mientras pasamos
bajo esta lámpara
AL GUSTO


Córtame
en
pedacitos
cuadritos
o
tiritas


Ponme
como
aderezo
condimento
o
guarnición


Sírveme
caliente
o
frío


Sal
y
pimienta
al
gusto


Pero
cómeme
amor
mío

cómeme
corazón






La forma de decirlo

¿Cómo describirte, amor, rotunda flor de precipicios; cómo decirte, hembra equinoccial, estructurada a todo trance; si estas hojas, vacías, sin expresiones, ignoran tus sabores, tus mudanzas; y reptilizan, aun en los espacios más pequeños, cualquier sombra que murmure vanidad, olvido de uno mismo?

¿Cómo entonces comprobarte mi aurora boreal, almizcle de cama, que ardes arterial por mis estepas, que rompes en sonrisa mi más profunda piel y la hinchas de calor en esos días cuando abundas de ternura y yo sólo frecuento la usada –y en desuso– palabra amor, y trato de desenredarte los misterios de las manos y entregarte, envuelto en un corazón prolongado en incisivos y deshecho en crótalos, un deshojado león de malvavisco, intentando preceder a los derroches de perfume de los posos encendidos en diciembre; para lograr que una puerta, al abrirse, muestre para mí ramos y entrecortados murmullos, incendiados a besos... obteniendo tus insomnes confesiones:

“-Quédate conmigo en mi rincón; alza la vista por mi piel; mírame, sumisa de calor estoy por ti, atrapada en tus convulsiones; radiante, turgente, prudentemente saciada, sabiamente macerada, iniciada en tu saliva...”

...Y que, finalmente, desalada y sin escudos, confieses:

“... Lascivia soy... toda de ti”.


Las piernas de esta mujer
y las paredes de este cuarto son iguales:
viejas y torcidas, blancas y con manchas negras.

Así, espero lo mismo de ellas:
Que en cualquier momento me caigan encima.



ESCONDIDA VERDAD I

Hoy
Que los gusanos
Ya acabaron
Con tu carne
Me doy cuenta
De lo hermosos
Que son tus huesos




ESCONDIDA VERDAD II

Nadie sabe todavía
Donde estamos

Continuemos gozándonos
Mientras ellos
Siguen
Tocando puertas
En tumbas equivocadas


Nota para antes de que te vayas


Cuando algunas cosas empiecen a fallar –por ejemplo que el estéreo se coma la cinta de los cassetes, el refrigerador no enfríe y las puertas rechinen-. Cuando ya no me llene estar tirado en el sofá toda la tarde viendo tele y la tele esté siempre apagada y aún así corten la luz y luego el cable y el teléfono. Cuando la morbosa ave que viene por las noches a dormir en el marco de la ventana por fin se aburra y vuele escandalosa. Cuando deje de ir a trabajar, y engorde o adelgace. Cuando se caigan los posters, una soga cuelgue en el cuarto fatal e inexorable y sea insoportable la depresión, entonces, saldré a los bares a buscarte, a pedirte que regreses. Si te niegas a volver porque es imposible estar conmigo, cambiaré. Ya un poco más calmado, regresaré a trabajar, pondré de nuevo la luz, el teléfono y el cable. Si aún así no regresas, buscaré a alguien más y alguna vez lo encontraré. Con el tiempo, Si se queda, arreglaremos el estéreo, aceitaremos las puertas, cambiaremos el refrigerador y lavaremos el sofá. Luego algún día, cuando me gane su confianza, subirá las escaleras y entrará por primera vez al cuarto. En seguida advertirá la oscuridad y abrirá las cortinas. Fijará de nuevo los posters y guardará la soga en el closet mientras me baño. Y Por fin, esa madrugada, tomando el lugar de la Lechuza, desde la ventana, observarás callado cómo me hace el amor un desconocido, notarás en mi tibieza que no puedo olvidarte y finalmente entenderás cuánto me dolió hoy que te hayas ido.
Las reflexiones de los topos



Fumemos el azar
Ya que no es indispensable
Cambiar de hombres con las piernas cruzadas
A mujeres con las piernas abiertas
Enfundados todos en trajecitos
Resistiendo a la soledad
Que chorrea el tiempo

El sexo abre puertas nuevas
Nuevas lágrimas para viejos rostros
Nuevas tumbas para viejos panteones

Ya debería ser doble el día de muertos
Lebreles azotados
Maricas
Prófugos
Encadenados:

A la misoginia
Al tumulto
A los barbitúricos
A la seguridad de un banco
A los labios –sed de la cópula mas alta del hombre-

Esta noche voy a escribir como caen muertos los pájaros
Perpendiculares
Con velas en las manos
Regocijando las miradas
Las fuentes
Los retazos de mente limpia
Cada par son ojos nuevos
Que ocultan patadas y puñetazos
Tremendo estupor el pánico

He abierto un cementerio en mis pulmones
Por eso de su color

Y me enfundo en los camiones
Y me meto en la ciudad
Gris y terracota la ciudad
Como tus ojos que me vieron por ultima vez
mientras ponía las últimas piedras de mi cripta
Al tiempo que noche y nervios agazapados
Restituían mi virilidad

Escafandras para los pecadores
Para los limpia-vidrios de las esquinas
El calvo de justicia no tiene un pelo de tonto
Y mi abuela aún sueña con su pedazo de cielo

Legítimas utopías que escapan por la herida que me hizo el escalpelo
Y se me atoran dos lágrimas en los testículos
¡que huevos de cabrón!
Un perro atropellado
Despedazándose entre las llantas del automóvil de Dios

Profundas preñadas prostitutas
Pasean por el miembro henchido de un policía
Y el mundo me pide de comer
Cuando junto latas por avenida Alcalde
Y orino y dejo un rastro de sangre en los mosaicos.

La plaza de los fantasmas
(fragmentos)


-Salir de este reducto de sombras apenas envuelto en prejuicios

La noche tiende su lienzo
Yo paso gran parte sentado chorreando insomnio y comiendo frijoles negros

Cada quien sabrá
A lo mejor otro descansa placidamente en un martillo
Mientras se escarba la nariz y masculla y retuerce un recuerdo

Es bueno acordarse de lo que uno quiere acordarse
Y es bueno olvidar lo que uno quiere volver a sentir

Toda ilusión tiene su lado bueno
Te hace perder el tiempo por un rato
Y después tratar de recuperarlo
Así lo pierdes dos veces

Pero no creo haber olvidado mi muerte
No ahora que estoy tan lejos de la tierra de los perros
Y s
u
p
u
r
o aburrimiento
en esta pura vida
Descaradamente intoxicado

A veces hago cosas que a la gente no le parecen reales
Y ellos creen que lo están soñando todo
Y que lo van a olvidar pronto
Pero no lo olvidan
Y es que lo que hago lo clavo duramente en sus cerebros...

-¿Y ellos?-

-Como si nada, sorbiendo sus nieves medio derretidas debajo del aliento de sus narices mientras se descosen los puntos de la lobotomía general y la hipotermia que supuran va congelando el pasto y el concreto que pisan al tiempo que se va sintiendo mi desesperación y los maldigo:

¡Necrófilos
putas
homosexuales reprimidos!


¡Púdranse
fórjense un ataúd de acero y escondan sus inhibiciones!
¡Enchúfense una video casetera en el culo y vean películas con el estomago!

Yo sigo chorreando insomnio y comiendo frijoles negros



II


¿Dónde están enterrados nuestros huesos este año?
-En el cielo (mi tía, que es muy católica)-
-En el mundo que deriva de los sueños y quimeras (un demagogo)
-En el tango (un nostálgico de Gardel)

-En verdad, alguien dígame ¿Dónde están, en la basura, bajo una bandera de miedo?...

(Como se siente feo la verdad repegada a la carne... y no por el hecho de sentirla, sino porque intenta perforarte hasta la médula para hacerte ver que una bomba ya cayó en el parque de tus diversiones, que ya mato a las putas, a los homosexuales y a los ancianos... ellos también merecen el paraíso...)

¿Dónde están escondidos nuestros huesos este año?














no en el nombre de Pessoa
no en el nombre de Vallejo
no en el nombre de Neruda
no en el nombre de Novalis
ni de Rimbaud, Baudelaire
o cualquier otro
si no en el de su puta madre

viernes, noviembre 19, 2004

hora y media de vergazos

Hora y media de vergazos
1

Ya méteme la verga, la quiero sentir hasta adentro, hasta la garganta. No lo podía creer, el hoyo que había hecho en la pared me estaba hablando. Vamos nene, deja chupártela, hacerte mío, el hoyo comenzó a babear. Yo quiero, yo quiero, por fa, por fa, te va a gustar, atásquese mi verga que ahora hay lodo, comenzó a crecerle los labios. Mójame la brocha, hazme daño, hazme daño…

Nunca lo he hecho con nada que no tenga manos, ni senos. Me gusta chupar pezones duros y rosados. Que me toquen los testículos, que me la chupen, sentir la lengua por toda la piel.


2

En el viejo Oeste solucionaban sus problemas a punta de balazos:
--Hey Joe, tu y yo no cabemos en este pueblo.
--Pues te aconsejo que tomes tu caballo morado porque el verde no circula y te vas derechito a la chingada.
--Frank, tu madre vive en este mismo pueblo.
--No Joe, mi madre ya está en una tumba.
--A cabrón, yo no soy necrófilo… creo que chingué a tu esposa.
--No, yo vivo solo… ¡ya me desgraciaste hijo de la chingada! ¡Tú fuiste que me dejaste el culo floreado!, ¡te vas a morir!

Pronto sonaban los disparos y los cuerpos quedaban tirados en la calle. Antes de los duelos nadie salía. Las cucarachas corrían rápido sin hablar. Los árboles se quedaban mudos. Después de la lluvia de balas, el encargado de los servicios fúnebres medía los cuerpos. Sí alguno sobrevivía entonces la población hacía un carnaval con música de zamba. Tres morenotas en tanga le chupaban la verga al sobreviviente hasta que terminaba en un pellejo de carne que servía para alimentar al ganado y hacer chicles que masticaba el pueblo.



3
Los catálogos de lencería de marca popular, a pesar de tener prendas vulgares, suelen tener modelos con cuerpos muy femeninos y delicados. Los rostros que muestran no son como el de la Chuchis del Sexo Maestro. Los rostros del catálogo se asemejan a una inocencia infantil, a una mujer de facciones finas, alta, morena de ojos cafés, cabello rizado, delgada. Con un sostén que transparenta sus pezones; pequeños, rozados, delineados, casi perfectos. Sus ojos están conjugados con sus senos. Me dicen que los apriete, que los muerda. El encaje de su pantaleta entreve su vagina: una sonrisa que cae como cascada. Una sonrisa sin dientes, como un artículo de lujo. Debería chupársela de una forma tan violenta que terminaría por ablandarla.

Sé que me daría pena al principio, incluso puedo eyacular precozmente, tener problemas de erección. Pero partiría el cielo en dos mitades. La chuchis no soportaría verme tan excitado; sacaría mi verga de mi pantalón y me la escupiría para después masturbarme de forma tan violenta frente a ella.

El éxtasis colectivo. El rostro inocente a punto de desvanecerse. A punto de mirar de esa forma grotesca y violenta con que miran las mujeres del sexo maestro. Con su cara diabólica, con su rostro de bruja, con su rostro de veneno, de alacrán. Como si el sexo que les cae las transformara, las quemar, les estirara su epidermis. Con la mirada de aventarlo a la jodida, todo, con ganas de acabar a chupadas y sentonzazos a quienes inyectaron en ellas, veneno.


4
En el viejo Oeste se desarrollaba una partida:
--Dos de corazones, ¿Té sirve Mike?
--De ninguna manera Mister Diablo.

La cantina estaba repleta. Los asistentes que miraban el juego se encontraban nerviosos. La partida era pareja. Las putas con sus cuerpos exuberantes con sus pequeños vestidos dejan ver su culo desnudo que el diablo toca con su mano, mientras con la otra detiene sus cartas.

--Jajajajaja ya te llevó la chingada, pinche Mike.

En el otro extremo de la mesa, la frente de su oponente, que nadie lo acompaña, no deja de sudar.

--No esté tan seguro Mister Diablo.

Toma su pistola y da un disparo al techo, mientras pide de manera muy arrogante que no deje de tocar el músico de la pianola y le pide al cantinero que le traiga otro whisky. Todos están tensos y la música toca cada vez más rápido. Mike suelta una carta.

--Rey de trébol, ¿le sirve?
--¡Ya te chingaste pinche Mike! Tercia de reyes y par de diez.
El diablo baja una reina.
--No tan rápido, Mister Diablo.
Toma la reina y saca tercia de ases y par de reinas. ¡No! Grita el Diablo angustiado. Lo siguiente sucede en un espacio vacío con fondo de colores fluorescentes que cambian y se combinan entre sí. Como cuando en los video juegos alguien lanza un golpe tan mortal que baja casi toda la sangre de un chingadazo.

Los colores cambian constantemente de tonalidades sin dejar de ser chillantes conforme la marcha de Zacatecas es tocada, que aunque no es del Oeste, si describe de manera extraordinaria la situación:

Mike toma de los cuernos, ambos están desnudos y el Diablo le mama la verga. Lo agarran de la cintura y se lo cogen por el ano. Lo toman por la espalda y lo avientan y el diablo cae ensartado en la verga. Le hacen el martinete y lo hace mamar con la cabeza hacia abajo, lo pone de perrito y se lo enchufa, lo vuelve a coger por la cintura y lo hacer dar vueltas.

El aja aja aja. Uf uf uf. El más mas mas mas mas. El hasta adentro hasta dentro. Atóramela hasta el fondo. Hazme tuyo. Hazme daño. El ya ya ya ya yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Acostados en una cama de hotel ambos fuman cigarros
--Estuviste genial, pinche Mike, apagaste todo el fuego que había en mí.
--si pero cuando vayas al baño límpiate.
--¿Sabes pinche Mike? Para la próxima mejor hay que imaginar que somos soldados o bombero en lugar de imaginar que estamos en una partida.
--Ya cállate pinche Diablo, mejor apaga el cigarro y sigue mamando.


5
No sé cual rostro prefiero: la Chuchis o la mujer del catálogo tendría el rostro. Lo siguiente es ponerle cuerpo. Ya, ya atórame la verga. Ven, ven, estoy caliente. Muy very Hot. Enchílame los labios. Ándale pa’ pito. He tenido que poner audífonos a mi verga para que no escuche, en donde oiga se para y se pone brava. Trata de coger lo que se mueva. Yo no soporto la voz del hoyo que pide que lo folle a cada rato. Nada le satisface. Se lo he metido más de cinco veces en dos horas. Yo estoy cansado. No me gusta hacerlo solo donde hay un hoyo. Me gusta que me toquen, que recorran sus manos por mi cuerpo. Que me besen, que me la chupen.

Trabajo en una tienda departamental de ropa, soy cajero. Cuando despacho ropa íntima de mujer hay en mí un cierto morbo. Las que llevan ropa con encajes muy vulgares suelen ser esposas de camioneros. Que deseando un momento de pasión, les han pedido se vistan como las mujeres de Sexo Maestro y vienen aquí a comprar su ropa. Luego vienen, las putas, las que trabajan en lugares de catego y las que trabajan afuera de los cuachaderos públicos.

Cuerpos y cuerpos, algunos exuberantes, otros redondos, tiesas, flacas, de coño amplio, deportivo, cóncavos, profundos, rositas, morados, extraterrestres, que dan maromas, que ensalivan, que escupen, que tienen pelo, sin pelo, peludas, pelonas. Coños de todos colores, de todos sabores, de frambuesa, de café, con aliento a cigarro, a marihuana, habaneros, etc.… Es una lástima que sólo trabaje en cajas y no pueda atender personalmente esos coños.


6
Los primeros pobladores ya conocían la tecnología del elevador que fue traída por los chinos que fundaron los primeros barrios del Oeste. Con el tiempo dicha tecnología se popularizó y muy pronto se construyeron grandes rascacielos de madera con el único propósito de construir elevadores.

Don Wenicar era un pastor alemán que había llegado al pueblo a construir una cadena de edificios que solo tenían elevadores. Un día llegó al pueblo Miss Elisa prominente dama, educada en los mejores colegios de Francia y ahora se dedicaría a enseñar a los analfabetos del pueblo y creyó que la mejor opción era hacer una escuela en al piso de algún edificio. Para eso, Don Wenicar que ya había asimilado la cultura del pueblo, ofreció sus servicios.

Cuando llegó la señorita Elisa a su despacho, le ofreció un refresco y la invitó a subir al elevador. Estaba oscuro, ambos entraron, Don Wenicar a cuatro patas. Cuando cerró las puertas, se metió debajo de la falda de la señorita Elisa y le olfateó el trasero.

--¿Qué hace? Debajo de esa larga y negra falda se encontraba un gran coño desnudo y se puso a lamerlo.

--¿Qué hace? Don Wenicar ya estaba adentro y lamió también el clítoris y le metió la lengua.

--Déjeme. Con su hocico le arrancó la falda.
--¡Salvaje! Como pudo le quitó el corpiño hasta dejarla desnuda. Acto seguido se cargó en su espalda hasta dejarla de rodilla. Y ya en el piso la folló. Al llegar al piso 10 la puerta del elevador se abrió. La señorita Elisa salió a gatas, desnuda, con los ojos en blanco y con una sonrisa de oreja a oreja. El pastor Alemán salió sonriente y con la lengua salida.

Todo esto facilitó las cosas para la escuela pudiera realizarse. El primer piso lo destinaron a los niños Western y piso 10 de oficina de la señorita Directora, quien contrató a Don Wenicar como botones y no por como cogía, sino por su currículo.

7
Hoy cambian en la tienda la mercancía que se exhibe en los mostradores. En el departamento de damas hay un torso de maniquí al que le han puesto una tanga y un brass para su venta. Cada semana exhiben una prenda diferente, las de hoy son de encaje muy pequeño, discreto, de color negro. La tanga es minúscula y muy sensual. El brassiere es delgado, de encaje casi transparente. El diseñador ha tenido buen gusto. La tanga hace una “V” al frente, como si la intención haya sido mostrar un poco de vagina al usarlo.

Hoy no he trabajado. No tengo que teclear la maquina registradora. Soy un cliente que va a comprar una cachondísima prenda. El compañero que me despacha debe pensar que soy un puto, que soy un homosexual reprimido. La sangre se le ha bajado hasta los testículos. Sonríe y se ruboriza, no sé si se ha excitado. Pobre tipo, lamento desilusionarlo, no voy admitirlo, o negarlo. Sus problemas sexuales no me interesan.

Llego a casa y subo corriendo las escaleras. Ahora sí papito ven y atráncame tu cosota. Ven y mata el oso a puñaladas. Préstame tu pito árbitro. Ven y dame la leche de tu palo que aquí están tus nalgotas. Cómo quisiera tener tu boca, pero mi clítoris. El hoyo no deja de estar gritando. Ahora si vas a saber que es amar a dios en tierra de indios. Desajusto lentamente los botones de mi camisa. Ya cayó, ya cayó. Quiero ver mas, quiero ver mas. Me quito la camisa y desabrocho mi pantalón y cae al suelo. Ya sácala ya. Dame la tiesa que aquí está tu coño. Me quito mi trusa y voy hacia el agujero y acaricio sus labios con mi pene y le doy golpecillos. Me separo dos metro y comienza a babear, se contrae y se expande al mismo tiempo. Me pongo la tanga y el brassiere y me masturbo frente a él. Sus contracciones son cada vez más rápidas y agitadas. Yo no aguanto y me aviento hasta penetrarlo. No puedo mas, todo por dentro revienta y eyaculo.

8
En el viejo Oeste había caído un objeto extraño. Era un falo que tenía tatuado la imagen de una mujer de dos cabezas con pierna de palo y su vagina resaltada y real en la parte inferior. La gran verga como la conocieron los pobladores medía tres metros y medio de alto y el tatuaje era de metro y medio. En cuanto comenzaron a hablar cosas extrañas la población, el reverendo fue a inspeccionar lo que sucedía, y lo primero que vio fue una pareja de perros follando:

Espera perrita ya va a salir, aguanta, aguanta. Guaaaaaa, guaaaaa. El perro había tenido un megaorgasmo que casi lo deja muerto. Después se fue a lamer de la vagina de la imagen tatuada, se desfondó la verga y quiso follarla, mientras la perra subió y se deslizo con sus nalgas desnuda sobre la gran verga. La multitud veía lo que ocurría. Algunos dijeron que la gran verga se había estremecido. Otros que las bocas de la imagen se abrieron cuando el perro introdujo su pene.

A los ojos del reverendo ordenó aislar el objeto, construyeron bardas a su alrededor, convocó a un consejo y nadie mas pudo volver a tocarlo.


9
Hoy la mercancía nueva llega. A las 10 los proveedores surten la ropa. La encargada de recibir y exhibir la ropa íntima para dama es una amargada. Tiene unos lentes muy gruesos. Me llega al hombro y tiene la barriga con medidas nada proporcionales. Tiene cincuenta o cuarenta años. Está ruca pero parece que nadie se la ha follado. Cuando cataloga la ropa en la bodega siempre está sola. Ha quitado el torso del aparador para ponerle la nueva mercancía. Entro a la bodega sin hacer ruido.
--¿Qué hace usted aquí?
--Este… yo…
--Salga de aquí inmediatamente
--Espere…
La señora se acerca de manera violenta, me toma por la cintura y sin pensarlo me toca el pene erecto.
--¿Qué trae ahí?
--¿Qué se supone debe ser?
--Confiese, usted es vouyerista o trata de violarme.
--No, yo… no…
--Bájese los pantalones.
--Pero… yo…
--Que se baje los pantalones he dicho. O quiere que lo reporte por vouyerista o por tratar de violarme.
--Ahora quítese la camisa. Usted vino aquí por algo y ahora vamos averiguar. La señora golpea mi pene para evitar que se baje. Me pone recargado en la pared y sujeta mis manos con un paliacate que guarda en su bolso y me masturba con su boca.
--Usted quería violarme y ahora verá.
Saca un roll on y lo pone en posición vertical en una silla. Se desnuda y me obliga que me siente introduciéndome el desodorante por el culo. Con un poco de dolor se introduce todo.

Se monta en mí y comienza a cogerse. Movimientos mas rápidos y mas agitados. Puedo sufrir un desgarre pero me gusta. La vieja gime y gime y no aguanta, al llegar al orgasmo sufre un paro. Ha muerto con los ojos en blanco. La quito de mí y me saco el desodorante. Lo limpio con el paliacate. Que no quede ni una huella de mí, lo pongo en su mano y se lo introduzco en la vagina. Me separo a dos metros y frente a su imagen de perra muerta me masturbo. He sido violado pero me ha gustado. No era tan malo después de todo. Eso no quita que esta perra sea una puta. Me pongo el pantalón y la camisa. Limpio el semen y tomo el torso de plástico. Lo llevo a la basura y espero que el intendente lo lleve a los contenedores.

10

Don Wenicar, la señorita Elisa, y el diablo fueron quieres acudieron al llamado del reverendo para constituir el consejo. Entre los cuatro acordaron que solo entrarían dos miembros mas: un miembro masculino y otro femenino. Que los que entren al consejo deberían ser expertos en cuestiones sexuales. La fémina que quisiera entrar pasaría por las armas de Don Wenicar y del Reverendo y el masculino por la señorita Elisa y el diablo.

En la iglesia se acondicionó para que se hicieran dos cuartos semioscuros con una cama en medio. Los primeros 100 masculinos (entre perros, otros diablos y demás cosas raras) no aguantaban la prueba, apenas si el diablo le tocaba la verga y la señorita Elisa los abrazaba por la espalda y les mordía la oreja terminaban por correrse. Hubo quien incluso, creyendo que había metido la verga en una vagina cuando en realidad, la había atorado entre la entrepierna del diablo, se movió tan fuerte que ensartó al diablo del ombligo.

El elegido para constituir al consejo era un tipo de manos muy extensas y dedos muy gruesos. Muy peludo y de brazos extensos que dijo llamarse Manotas. La señorita Elisa quiso tomarlo por la espalda, el diablo le quiso mamar la verga y se dio cuenta que lo que tenía abajo era una gran rajada, una panocha. Al sentir el Manotas que el diablo estaba a gatas, le metió el dedo por el ano y lo hizo que se introdujera dentro de la gran rajada, mientras que con movimientos tan rápidos introdujo su lengua en la vagina de la señorita Elisa. El ano del diablo se hizo se hacía cada vez mas grande hasta que midió dos metros de diámetro y por el mismo salieron sus cuernos, después la cabeza, el cuello, los brazos, hasta salir todo.

Una vez fuera metió sus manos a la gran rajada y sacó desde el fondo un gran pito y se lo metió a la boca. El Manotas no dejaba de chuparle el clítoris a la señorita Elisa, quien decía que ya no, que ya no. La lengua le parecía tan rica y tan rasposa que terminó por correrse. El Manotas sintió que iba a explotar en la boca del diablo, soltó lo que traía, lo infló y lo reventó en pedacitos como si fuera un globo. Llenando el cuarto y el cuerpo de la señorita Elisa de Semen.

11
He sido un pendejo. En los contenedores se puede encontrar cualquier parte de maniquís rotos, viejos, que no sirven. Me traje, el torso, dos brazos y una pierna. Lo siguiente es calarlos, (después de todo nos costó una metidota de ano). Bajas a la cochera, sacas de la caja de herramienta tornillos, desarmadores y taladro. Hay que ensamblarlos. Tomas los brazos por la mano y los pasas por arriba del pantalón. El pene se llena de sangre y se hincha. Descubres el glande y no aguantas. Pasas la lengua por la parte que corresponde a la vagina y los senos.

El pito ya está tan duro que taladras con el la zona de la vagina. Haces un hoyo. Te mueves tanto, hasta que terminas por eyacular. Pinche hoyo, ahora si te voy a dar hasta que te calles para siempre. Hasta taparte la boca con semen y tierra y se haga concreto. Hasta que te hagas piedra.



12
Mike llegaba al cuarto de pruebas, llorando a recoger al diablo. Y quiso vengarse, lo que le preocupaba era que ya no tenía a quien metérsela. Quiso agujerar a quien había hecho eso y miró que el Manotas tenía una gran rajada.

--Te reto a unas jaladas. Confiaba que a la primera oportunidad se lo ensartaría.
--Ja, ja y crees que puedes ganarme. Dijo el Manotas mientras Mike se bajaba los pantalones.
--Veo que tu no tienes uno como este. Mike se había llevado su pito a la mano y el Manotas solo sonrió.
--El que aviente la melancocha mas alto y mas abundante gana.

Ambos se acostaron en el piso mientras que la señorita Elisa era la juez de esta competencia. El Manotas sacó de su rajada un pito de tamaño descomunal y comenzó a masturbarse. Mike se quedó aterrorizado y con la boca abierta, su pene se hizo flácido. El Manotas con los ojos en Blanco jaló tan fuerte que su leche pegó en el techo y cayó embarrando a la señorita Elisa y a Mike, quién no daba crédito a lo que estaba ocurriendo. Ambos se levantaron y no quedó mas remedio que admitir que al Manotas, no había quien le ganara.

13
Subí lentamente la escalera con el maniquí ensamblado. La pierna que me hacía falta la sustituí por una de madera de una vieja mesa que tenía. Ya méteme la tiesa, que se sienta hasta el fondo. Here, here, i’m very easy and free. Mátame a chupadas, échame a palos, atáscate de lodo. Hazme daño. Desde los escalones se escuchaba la voz del pinche hoyo. Ahora sí le va llegar su hora. Dejo mi maniquí en la cama. Tomo una botella y la introduzco en el hoyo y la amarro con una cinta canela para que se calle un rato. Cierro el cuarto con llave y a las ventanas les pongo cortinas.

Visto el maniquí con la ropa íntima de mujer que compré en la tienda, le paso mi olfato y mi lengua una vez puesta. Me quito primero la camisa, los pantalones y mis calzones. Saco la revista de Sexo maestro y el catálogo de lencería. Recorto las cabezas de las dos mujeres que quiero que tenga el maniquí, las llevo a la boca y las inflo. Toman poco a poco volumen y solidez. Primero la Chuchis y después la mujer de rostro infantil:

--Ya te fijaste manita, que hombrezote.
--Si chuchis y tiene una cosota.
--Ahí Güey que si así están los mangos yo quiero uno.
--Tu verga debe saber a Gloria.
--Danos intimidad, sácanos el aire.

Las cabezas se me lanzaron, una de ellas cayó a mi verga y la mamó. La tomé con mis manos, junto con la otra y las puse en el cuerpo que había hecho. Les amarré cinta para que no hablaran. Bajé un poco la tanga. Con un cuchillo escarbé alrededor del hoyo para sacarlo. Y lo puse en la rajada que le había hecho con mi pene. El maniquí se contusionó y se movió muy rápido y brusco. Los cuellos se alargaron y ya todo era humano. Hasta la pata de madera era humana. Una pierna de palo con terminaciones nerviosas.

La ahora vagina expulsó la botella y dejaba ver que babeaba mucho. Las cabezas se quitaron la cinta y no dejaban de reír, de burlarse. Yo estaba incrédulo, se quitaron la ropa íntima que les había puesto, me agarraron y me obligaron a ponérmela. Ahora sí puto vas a ver que se siente hacerlo con dos mujeres. Que tal si yo te chupo el ano y ella los testículos, dijo una de ellas. Pasaron sus lenguas por mi piel e hicieron que les chupara los senos. Una de ellas me dijo que mirara a través de su vagina, había luz e introduje mi lengua y después me adsorbió.

14
La gran verga ya había echado raíces, le crecieron testículos. Ya era todo un miembro bastante definido.

El turno era ahora de la mujer con la que se constituiría el consejo. La Mulata se dedicaba a mamarle la verga a los que sobrevivían en los duelos, era quién organizaban los carnavales que se hacían cuando se conocía el sobreviviente de los mismos. De una pata con sus zapatos de plataformas, abrió las puertas del cuarto que se había hecho en el templo. Los cristos abrieron demasiada y ojos y terminaron por derretirse al ver un 100, 50, 100 de color negro, completamente desnudo. Se evaporaban tan rápido que solo se veían sus túnicas en el suelo y su boca abierta. Mulata llevaba consigo un látigo y caminaba en tono desafiante.

Tomó al reverendo y como víbora se metió bajo su sotana, y como sus nalgas salían, don Wenicar le chupó el ano. Mulata hizo movimientos tan bruscos que le quitó la sotana al reverendo. Y con una desnucadora le hizo chupar su vagina. Mientras que Don Wenicar se la metía. Tomó al reverendo y lo introdujo en su vagina, quitó de su ano al pastor alemán y como si fuera de plástico, se movió de tal manera que terminó por chuparle la verga. De esta forma los succionaba, tan rápido y tan profundo que ambos ya con los ojos en blanco, llegaron a desfallecer. Cuando sintió que casi los mataba, los arrojó casó agónicos y se masturbó hasta llegar al orgasmo. Llegaron socorristas, les metieron una manguera por el ano y los inflaron.

15
Pasé por el clítoris y comenzó a babear la vagina. Me introduje y todo por dentro era un gran útero. Sus paredes eran cavernosas y arrojaban un líquido lubricante y viscoso. Todo por dentro por dentro se contraía y se dilataba. En una trompa de falopio un ovario se abrió y dejó ver óvulo con boca. Yo parecía un astronauta en ropa interior de mujer que volaba a un óvulo con una boca que terminó por tragarme.

Caí dentro de una bolsa que respiraba y transpiraba como si fuera una válvula de oxígeno. Pegada a un tubo de terminaciones nerviosas, que lo tenían erecto. Era un pene lleno de sangre, con todo y sus testículos. Los espasmos eran fuertes, se llenó de semen al punto de estallar y salí con todo eso al exterior por el tubo, a una tierra extraña, donde lo primero que vi, fueron hombres con la verga de fuera y cara de enojados.

16
El objeto era cosa del mal, representa la maldad en su total reencarnación. Esta hipótesis surge de la lectura del gran libro: Y un día, la furia de dios se dejará sentir en cada uno de nosotros y su destrucción será masiva. Él nos atorará la verga cuando se entere que lo hemos tomado por el culo. San Vergasiculos 35:56. El destino de la humanidad está en nuestras manos. Convoco a destruir la gran verga antes que se atore a alguno de nosotros. Iremos a combatir con tarros y tarros de vaselina. Dijo el reverendo en la junta del gran consejo, una vez que se repusieron de la prueba con Mulata. La estrategia es la siguiente, decía don Wenicar. Manotas introducirá su miembro a la figura tatuada. La señorita Elisa y Mulata la llenarán de Vaselina y después desde la punta la chuparan. El reverendo y yo trataremos de taladrarlo con nuestro pene.

El día del combate llegó. La población estaba a la expectativa, a las afueras de donde estaba situada la gran verga montaron una verbena. El organista tocaba canciones propias del Viejo Oeste, las putas con su corpiño bailaban el Kan-kan. Todos estaban alegres como si supieran que sus héroes acabarían con el mal. El reverendo tomó la palabra y dijo:
Hermanos, estamos hoy en alegría porque el mal será derrotado, festejemos el triunfo. Después de pronunciar estas palabras miró al Diablo en silla de ruedas ayudado por Mike. Se hicieron una señal de ánimo y este último gritó.
¡Viva el consejo! y la multitud le contestaba: ¡Viva!

El consejo siguió con su estrategia ya establecida. A la media hora no habían conseguido nada. El músico tocaba incesantemente para animar. Las mujeres se excitaban y le tocaban la verga a quien tuvieran enfrente. A las tres horas, las mujeres ya estaban chupando pitos. Algunas se chupaban entre sí y otras chupaban una verga al mismo tiempo. A las cuatro horas y media ya estaban penetradas, mientras que el consejo estaba desfalleciendo. A las cinco horas, el consejo ya había muerto en el cumplimiento de su deber. Las mujeres que ya estaban en un estado de excitación total, e hipnotizadas derribaron las bardas y subieron. Y desde ancianas, niñas, monjas, putas, amas de casas, y toda clase de mujeres resbalaron sobre la gran verga hasta que consiguieron que se pasmara y arrojara una gran plasta blanca de la que salió un hombre en ropa íntima de mujer, que la población masculina recibió, con hora y media de vergazos.