Primeros poemas
vamos a empacar la tarde
la mesa y su café
las maletas sólo tendrán lo necesario
un árbol ( todo árbol es importante en un lugar sin árboles)
el acento (todo extraño debe traer consigo el acento)
un par de sueños (al menos aliviaran un poco el terror de ser un
extraño en un país de extraños)
ropa (pero que no llame la atención)
espejos, credenciales, un cepillo bucal
hay que dejar nuestro cuarto intacto
no importa si las flores marchitan
si el polvo se impregna en el lomo de los libros
o las cartas se vuelven amarillas
la puerta nunca deberá estar cerrada
aunque se regrese
aun falta llenar de poemas
colocar en la pared
una foto de un monumento famoso
que haya conocido personalmente
es tiempo de cambiar de dirección
sin tener que llorarle a la casa paterna
vamos Yazmin ¡no me hagas llorar¡
caminé por las calles de la colonia por la noche
estan grafiteadas y según las estadísticas
la muerte por arma blanca o fuego
son causas naturales
es difícil llenarse de confianza
hablar o comentar
decir que no eres de aquí
construir un diálogo
yo me aferro
quiero llenarme las manos de la tierra de aquí
sembrar un árbol
cortar las flores
recuperar los años que desee estar aquí
extender mis ramas
extrañar la casa
construyendo
una propia y rodante
no hubo despedidas ni cursilierías a cerca de los viajes
de las estancias en otro lugar
tampoco recomendaciones
aunque por las noches
sueñe cada hermano y cada amigo
o las tardes inconclusas bajo un paraje
o una alameda
las tristezas quedaron bajo mi cama
no quiero ni extraviarlas, ni perderlas
los árboles que aquí plante
tendrán las suyas
me enfermaré con el frío de aquí
y me aliviaré con su calor
es difícil llegar a otro sitio
y no tener donde establecerte
me dio pena con los que me alojaron
el dinero era menos de lo suficiente
además es incómodo
hablar sobre los sueños y pensar en el pan
disfrutar la ducha caliente
y procurarnos un espacio
un pequeño santuario clandestino
y llevar en el
nuestra tierra
tras una ventana en el tercer piso
pasa la gente paseando perros, corriendo, caminando
los aviones parecieran estrellarse
por la avenida circulan tan rápido los coches y colectivos
que el viento es lo único estático
todos tienen que hacer algo
el policía, el señor de saco y portafolio, el vendedor de rosas
la vecina que a diario se queja de las condiciones en que vivimos
cierro la puerta
el segundero agita las otras manecillas
y nosotros chiquilla
desde la ventana
tomamos el viento como un diente de león
y lo soltamos al mundo
no traje ningún retrato
los clavé bien en mis ojos
cuando cierro los párpados
las imágenes no desaparecen
la casa
cuando llegamos buscamos nuestro lugar
el dinero no era lo suficiente para habitar una casa
miré chiquilla tus ojos
la que cuenta con agua caliente 2500
teníamos que compartir el cuarto con otros inmigrantes
con otros desdichados
la que tiene mas de 40 metros cuadrados 3000
la de mejor ubicación 6000
fincaríamos una casa debajo de un árbol
en una ciudad sin árboles
quizá nuestra casa sea un cuarto blanco
donde no sabemos
cuando comienzas
y donde termino
llovían nuestros cuerpos
lo sé
porque corrían
para no empaparse de nosotros
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