lunes, mayo 12, 2014
El dogmatismo artístico: de la trascendencia a lo efímero.
“El que se mueva no sale en la foto”, “Tuvo sus cinco minutos de fama”, “Si no sale en la tele no es famoso”. En el siglo pasado, cuando la naturaleza virtual aun no nos invadía, este tipo de frases nos mostraban una necesidad social, inventada desde el colectivo, que la transcendencia era una aspiración real, aunque en el fondo sabíamos que todo lo que conocimiento, empírico o no; diacrónico o no, terminaría por mutarse.
El mismo hombre desde lo individual y en lo colectivo está consciente que llegará la muerte, y en esa idea el arte y su naturaleza nos revelan una cualidad permanente y flexible en el hombre; todo muere o se transmuta pero el arte revela la materia transcendental, aquella en la que es capaz de mostrarnos la Universalidad.
En el arte la Universalidad puede entenderse, no como aquello que no cambia, sino como aquello que nos hermana con los hombres de todas las épocas o espacios geográficos, así como también con todos los contextos en los que se desenvuelve e interactúa el hombre.
Sin embargo, son las interpretaciones del arte, las que en un momento determinado, ciertos grupos reduzcan la trascendencia a lo efímero del impacto de un ejercicio artístico o poético. El dogmatismo en el arte, inconsciente o no, es factor para que surjan “las transcendencia efímeras” en el arte y no la transcendencia de lo efímero.
Una imagen, un video, en la época del Internet, llega a lograr una resonancia de alto alcance, sin embargo puede desfigurarse cuando llega al último eslabón de las computadoras, que muy probablemente ni siquiera tenga existencia fuera del monitor. Lo que algunos grupos llegan a entender por “Arte” puede diluirse entre las redes sociales, a partir de la propagación viral, y no perder todo sentido o significado.
II
Acción Poética a la carga
Se ha documentado el movimiento de “Acción poética” que entre sus acciones consiste en buscar bardas en las que se fondean de blanco para escribir en ellas versos que despierten la “Conciencia social” hacer que la poesía se asequible para todos, quizá la pinta de en una barda nos haga conscientes del arte y la poesía en la vida cotidiana.
Una barda pintada de blanco, en la que se muestra un verso o un fragmento de poema, se convierte en una imagen viral que se propaga hasta el infinito. La contundencia de la imagen poética queda diluida, pierde el sentido y el significado, pareciera que de tanto mostrar la imagen, las redes sociales y el Internet, la convierte en una frase hecha que se propaga hasta el infinito. Si la el espectador o lector de la imagen no conoce el contexto en el que fue creada, no conocerá la trascendencia y la Universalidad que está inherente a la obra.
La pinta y su exhibición al infinito; la interpretación dogmática en la que existe la necesidad de hacer consciente al hombre del acto poético reduce la imagen poética a una trascendencia efímera.
Acción Poética Guadalajara convocó a una Mega pinta el 30 de marzo de este año, que tuvo como propósito pintar alrededor de cien bardas. De pronto litros y litros de pintura blanca cubrieron manifestaciones urbanas, que ya existían en las bardas de las calles aledañas al Expiatorio, en Guadalajara, para “concientizar” a la población de la existencia de la poesía en la vida cotidiana. Un grupo de artistas urbanos expresaron su descontento arguyendo que ningún movimiento social o artístico debería manifestarse, si este nacía silenciando a otro.
Las manifestaciones artísticas deben reconocer la inclusión de todas formas de pensamiento. El arte no se debe como una lucha literal con el arte, tal vez como una lucha metafórica con el arte. No se puede combatir la “Contaminación visual” con arte si no se concibe a la “Contaminación visual” como una forma de pensamiento. Un amigo me recordó a los grupos sociales que protestan en contra del gobierno y del sistema, utilizando formas anacrónicas y arcaicas. Que buscan “dentro de una ideología cerrada e ingenua” acabar con todas las formas posibles del sistema. Quizá tendría mayores resultados si diseñáramos una estatua al sistema y al gobierno no mayor a cincuenta centímetros, que nos recordara a cada momento la grandeza del pueblo ante cualquier sistema de gobierno.
Alejandro Jodorowsky habla, en el libro Psicomagia, de la necesidad de los actos poéticos que se conciben desde la espontaneidad, (que no se repetían, que dependían del momento y sobre todo que no se virilizaban), que buscaban despertar la consciencia social sobre las manifestaciones artística, aunque su impacto fuera efímero.
III
Acción patética a la carga.
Hoy es Mayo de 2014, a la entrada de la colonia Balcones de Santa María, por la avenida Camino Real a Colima, existen cuatro pintas de una estación de radio. Las frases hacen alusión a contenido sexista y misógino. Quizá cualquiera que respete las diversas formas de pensamiento, sentirá repulsión y aberración a lo que dicen y promueven, el sobajamiento de la mujer como género.
Quién está al frente de la campaña publicitaria de la estación de radio, quizá no entienda (y no tiene por qué entender) sobre la interpretación del arte, ni mucho menos pretenda explicar, mediante el dogmatismo el significado del arte. Lo que quizá si sabe es impacto que tienen los medios de comunicación, y sobre todo, las redes sociales en nuestro contexto. Una imagen virilizada puede llegar a millones y millones de usuarios. En tiende el sentido de la publicidad, y quizá, de lograr su cometido, logre manipular la situación a su favor. La estación de radio no representa los intereses de una sociedad, de un sistema de gobierno, sino representa los intereses de una empresa privada, que nada le quita, ni le abona ser o no ser una empresa socialmente responsable, ella solo busca quedar en el inconsciente de la gente.
Quienes gritan y censuran las pintas de la estación, vuelven a caer en un dogmatismo interpretativo, en las que se es posible pensar en la “represión de la libertad” como forma, políticamente correcta de convivir como sociedad. La solución no está en aceptar el mensaje misógino que se manifiesta en las pintas, como tampoco está en censurar las pintas. Quizá debemos aceptar que las manifestaciones misóginas, sexistas y machistas dañan a la mujer como género, y al mismo tiempo daña una sociedad.
Las pinta en las bardas en la calle Camino Real a Colima de Balcones de Santa María, nos recuerdan que aun existen muchos pendiente en esta sociedad, y que existe grupos empresariales, sociales, etc… que sus intereses están por encima del bien común. Ante eso la solución que cada uno puede aportar puede ser desde sus trincheras, denunciando, criticando, exigiendo la igualdad de género y el cese a la propaganda misógina y discriminatoria, contrarrestando los efecto de una campaña viral. La pinta nos recuerda que aun existen grupos que anteponen sus intereses y dañan profundamente, y que las palabras son una herida en la conciencia del pueblo.
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