Durante la historia, todas las civilizaciones han tenido la
necesidad de buscar y encontrarse en un origen. En algún momento de la
humanidad el hombre se dio cuenta de su existencia, y en la necesidad de
explicarse, de explorar lo que habitaba en su contexto; construyó significados que dieron sentido y
valor a todas sus tareas y acciones. En el origen mítico de hombre la palabra
carga consigo un peso fundamental, la conciencia de la existencia encuentra en
ella el punto de partida, la semilla del lenguaje y del pensamiento mágico.
El primer acercamiento a la poesía lo encontramos en las
mitologías: Los dioses crearon a los hombres, el universo y todo lo que le
rodea. Por lo que fue necesario la alabanza y con ello el canto. El origen de
los género literarios lo encontramos en la mitología; en la alabanza y el canto
encontramos el género lírico; cuando al hombre no le bastó cantar y tuvo que
contar la historia de los héroes y dioses nació el género épico, y cuando ya no
bastaron las historias, sino que además debían representarse nació el género
dramático. La finalidad de estos géneros, era transmitir el conocimiento de los
dioses a las generaciones venideras, con ello, el beneficio colectivo, y el
nacimiento de la tradición oral.
Encontramos en literatura el diálogo y rasgos de
identidad de un pueblo. Cada generación
construyó sus códigos, su lenguaje, su cosmovisión, sus valores. Los tradujo a
palabras, y las insertó en el diálogo universal, y atemporal. Estos códigos y
mensajes hacen posible la comunicación con las generaciones pasadas y con las
generaciones venideras, pero además con los hombres de otras culturas, de otras
formas de pensamiento. Este es el principio básico de la literatura.
¿Cómo es que se construye el lenguaje poético?
El lenguaje es la capacidad que tenemos como seres sociales a
transmitir nuestras ideas, también es la herramienta para asimilar y comprender
nuestro entorno. La generación y creación de todo tipo de conocimiento se logra
porque hay un lenguaje que nos permite asimilar la realidad y al mismo tiempo
comunicar a los demás los hallazgos, las ideas y todo aquello que nos permite convivir
y aprender de los demás.
Comunicar y concebir
nuestras ideas, los hacemos a partir de una lengua, nuestros pensamientos y
emociones las convertimos y codificamos en palabras. La palabra tiene sentido
y significado. El mundo de lo tangible y lo intangible tiene
forma porque las mediamos a través de ellas.
Cada palabra, cada concepto es una construcción social. De
acuerdo con Saussure, las palabras tienen un referente visual y un referente
fonético, cuando escuchamos “Manzana” concebimos una manzana con
características específicas: Es redonda, brillante, roja; es una construcción social, sin embargo, si
analizamos la concepción de la palabra manzana a través de la historia
tendríamos que su sentido se ha modificado en el transcurso de la historia. Eva
dio a morder una manzana a Adán y Dios los eliminó del paraíso, una manzana es
la fruta que la bruja dio a Blanca Nieves para dormirla, a una manzana se le
atribuye el objeto con que Newton descubrió la gravedad, Guillermo Tell colocó
una manzana en la cabeza de su hijo. Cada época y cada cultura dota de
diferentes significados y sentidos a las palabras.
Comprendamos entonces que el significado y el sentido de las
palabras no pueden ser estáticos., y que incluso, no podemos utilizarlas de
manera aisladas, sino que en nuestra comunicación estas se encadenan unas a
otras para crear significados más completos y complejos.
Si decimos “silla” nos referiríamos al objeto que nos sirve
para sentarnos, si decimos silla de montar, imaginamos la silla que se utiliza
para montar un caballo, y si decimos “El que se fue a la Villa perdió su
silla”, comprenderíamos que el sentido y significado de la frase completa,
donde se encuentra la palabra silla, nos remite en lenguaje figurado, a que la
persona debe estar atenta a cualquier oportunidad.
El significado es un convencionalismo, los usuarios de una
lengua pueden encontrar en los diccionarios el significado de cualquier
palabra. Cuando hablamos de sentido, nos
referimos a la intención con que están utilizando las palabras, y el efecto que
se produce a partir de ellas.
Estos fenómenos producen la denotación y la connotación. El
lenguaje literal y el lenguaje figurado.
En el lenguaje literal (denotación) las palabras se expresan, cuidando
respetar el significado convencional de las palabras. Y en la construcción de
sentido dentro de las frases y oraciones, se procura evitar la ambigüedad y la
interpretación errónea. En el lenguaje
figurado (la connotación) el significado de las palabras se expresa a partir de
la analogía o comparación con otros términos, ya sea de manera implícita o
tácita, para explicar una realidad. Este
es el principio del lenguaje metafórico: las palabras pierden su significado
para crear sentido a partir de la comparación con otras realidades.
Encontremos entonces en el lenguaje metafórico la ventana, el
asomo a lo que es el lenguaje poético.
¿Pero qué es lo que debemos considerar en el lenguaje
poético?
Las palabras son una representación, y como parte de un
sistema lingüístico su naturaleza es arbitraria. Su significado no podrá ser
estático con el paso del tiempo y las generaciones. Lo poético genera su propia realidad. Y esta
realidad no siempre puede comprenderse desde una lógica convencional. Los
poemas generan sus realidades y sus propias reglas.
Arthur Rimbaud, veía en el poeta a un vidente: la poesía es
revelación. Para Heidegger, el poema es la casa que habita la poesía y la tarea
del poeta es poetizar lo poetizarle. El
mundo de la poesía ocurre, se manifiesta, está presente. Los elementos poéticos,
el ritmo, las imágenes que se evocan a través
de las palabras se desdoblan, los significados se desbordan, la aridez
cobra sentido.
Octavio Paz habla de la eternización del instante, en el
poema todos los tiempos se hacen presentes, conviven el tiempo pasado, el
tiempo presente, pero también el tiempo histórico. En el Aleph de Borges se revela el universo, y todos los tiempos se
conjugan y están presentes.
En el lenguaje metafórico podemos ver cómo las palabras
desdoblan su significado, y crean otro. En el lenguaje poético la palabra es el
engrane principal, revela el alma del poema, no solo desdobla su sindicado sino
que revela su universo, muestra lo profundo del pensamiento humano y también su
naturaleza sensible y que nos hermana
como seres de todas las épocas y con todas las culturas.
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