se prende el silbato y corre
sobre sus rieles ninguna ciudad
es lo suficiente ajena
el maquinista
azora el motor
que corre apresurado
para llegar pronto
a lo lejos
el maquinista ríe y prende el silbato
para asustar palomas
llena las calderas de carbón
y sube el ritmo de la marcha
para que nadie lo vea
la gente no sabe que pasa por los rieles
miran a lo lejos y escuchan
la risa del niño que prende su silbato
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