martes, abril 16, 2019

Poema de Abigael Bojorquez (Corboca 1936 – Hermosillo 1995)



Abigael Bojorquez (Corboca 1936 – Hermosillo 1995)

AGUSTIN
(NOTICIA DE MUERTE CON LA QUE SE CONSTERNA UN CUATE, AL ESCUCHAR POR LA RADIO, VELORIO, PASIÓN Y SHOW CON EL QUE EL CADAVER DE AGUSTÍN LARA, QUE MURIÓ DESPUES DE FUNDAR UN HUERTO)

A los cinco y minutos de la tarde del sexto día
y en la última pesca de sirenas, a la que concurrió
como simple curioso
por tener un fémur quebrado y el corazón a punto del poema,
murió Agustín Lara, músico, poeta y flaco,
como un pajarito de sí mismo,
y dando un ronco grito de rey viejo
que inventó su retraso.
En noviembre de mil novecientos setenta
Y con el soñar trizado en lo más blando,
murió,
en el último turno de sol,
Agustín Lara,
casi sin equipaje;
y me duele hasta el vaso que no cesa,
el otoño que se levanta y anda,
y la canción,
aunque yo sepa que un día como el de hoy
toda canción se trunca,
como las golondrinas de azúcar glass
que ya no le cupieron
en el corazón.

Mientras tanto, señoras y señores,
hacemos un envío de micrófonos a la X.E.W.
La Voz de la América Latina desde México
adelante compañero;
y dentro de breves instantes,
vamos a constatar que todos nuestros cantores,
artistas y demás no encuentran palabras
para expresarse
la chaparrita de oro Dora María no dice nada
porque no tiene palabras.
entrevista Alemán Velasco a Libertad Lamarque
la que tampoco encuentra palabras con qué expresar su dolor
y a través de la que estamos  muy trijtes
y todo le ha chegado al alma;
Jorge Mistral llorando tequilísimas lágrimas
dice que quisiera estar acompañando allí adentro
en el cajón
y viene Linda Arce y nadie quería darnos una razón
y esto es horrible horrible,
Joselito Huerta opina que es un enorme honor
que el mejor flaco del mundo
hubiera muerto en México,
y todos están encantadísimos con los pormenores del show,
los que le conocieron cuando muy niño,
los que conocieron a su papá y a la Chata Sozaya,
los que presenciaron su ascendimiento
los que ahora se apretujan para que descienda requetebién;
y hace su aparición Ana María Fernández, su primera interprete
que viene desde Honolulú esquina con Niño Perdido,
y se habla del enorme huevo que deja vacío
y del que va a llenar;
y los locutores tampoco tienen palabras
con qué hacerse entender,
irreparable, inenarrable, dicen, no se ha muerto Agustín,
no lo puedo creer, sólo se nos ha adelantado;
y Ana María González, aferrada al micrófono,
dice que España toda llora entre misa y misa
partido y partido, genuflexión y mentada y genuflexión
y Olga Guillot no dice que Cuba llora,
pero nosotros sabemos que sí,
mientras que el mundo está de luto y ay, Agustín
que estás allí escuchando,
y aguas, que se desmaya Amparo Montes;
y atraviesa la pasarela Juan Zaizar y dice:
primero vino Revancha y luego Mujer y Rosa,
Te vendes, María bonita, Imposible y Pecadora;
y los compositores que están bastante hablantines para su edad,
dicen que se resienten retristes,
y, mano te quiero decir que se nos ha ido al hoyo
las más grandes cabezas y Alvaro Carrillo y Tata Nacho
y ya nos tocará;
y mañana lo velaremos en Bellas Artes, pero en un pasillo;
y será sepultado en la super retonta de los hombres sin lustre,
precisamente atrasito de Juventino Rosas, hermano del alma;
y dentro de quince días,
cuando las difusoras,
las discotecas,
los clubes de admiradores y el niño, dicen,
y el adulto con su chamarra, su Alarma bajo el brazo   
y el cansancio reflejado en su rostro,
viene a entregar su corona de flores, dicen,
con Agustín se va una parte de nosotros, dicen,
con Agustín perdemos al pupitre y el primer amor, dicen;
y ya que siempre no
pongan listones negros en las fachadas de las casas,
y hasta el hocico de los comentaristas,
se olvidarán,

y aparece Chavela Durán confundida con el pueblo de México
y tampoco tienen palabras; y Chela Campos
“la dama del bastón de cristal”, hace su entrada
pero con bastón de Apizaco (los tiempos cambian, claro),
y nadie ha visto a Toña la Negra por ninguna parte
-será por el color-;
las tres almejas no caben por la puerta, calma, primero una;
ahí está Pedro Vargas, pobrecito, y Ninón no pudo venir
porque está crudísima;
le habla Zabludowsky a la Félix a París; lo siente mucho,
pero no tiene palabras con qué expresar su modorra;
pero señora, son las cinco de la mañana en París,
por eso ya dije que lo siento mucho;
qué más quiere que le diga?
(Y cuelga en un largo bostezo sin acordarse de Acapulco);
mientras el Flaco de Oro
toca y canta y canta y canta
desde sus innumerables discos y entre entrevistas y entredichos  
que para qué
si no tienen palabras con qué expresarse,
mientras hacemos un nuevo envío de micrófonos
a la X.E.W., adelante, compañero,
y mira tú qué lindo gusanito en la frente de Agustín,
y ya no lo dejes caer más en tentación, Señor,
ya recógetelo y líbrale de todo mal comentario;
Consuelito Velázquez habla de doscientos cincuenta mil pesos,
eso sí, que recibía regularmente Agustín por regalías
y que si no hay herederos pasarán al Fondo de Músicos
y más de cuatro no tienen palabras con qué expresar
su codicia,
mientras amanece el primer día
sin Agustín vivo
sobre
la
tierra.   

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