viernes, agosto 26, 2022

El barrio y la bohemia como el disparador del trabajo de Juan Antonio Cervantes

 

El barrio y la bohemia como el disparador del trabajo de Juan Antonio Cervantes 

La poesía de una región está dotada de ejemplos de autores que alcanzan una relevancia nacional, en cualquier parte encontramos autores premiados, becados, pertenecientes al sistema nacional de creadores, y un largo etcétera. Sin embargo, al margen de los discursos dominantes, existen poetas que han hecho de la marginalidad una trayectoria interesante y que difícilmente encontramos en los anales y publicaciones, de los discursos oficiales. La existencia y el trabajo de estos poetas nos permiten encontrar nuevas y frescas visiones que nos revela propuestas interesantes y válidas al margen de los discursos hegemónicos que se reproducen desde las secretarias de cultura o de las universidades.

 

Existen a lo largo y ancho del país, una infinidad de talleres, lecturas, encuentros, festivales, slams, presentaciones que dan registro y testimonio que la poesía, no siempre está encapsulada en las páginas de libros y revistas, sino que en la lectura en voz alta, performance, o proyectos alternos a la página en blanco; encuentran un canal de difusión, que ha potencializado con el uso de las redes, los video-poemas, los postcads, las trasmisiones en vivo y tik toks. La pandemia nos mostró que los canales se adecuan al momento histórico y las circunstancias de un contexto determinado.

Cuando era joven me maravillaron los performance de Adriana Leal, de Judith Satán, de Sara Raca, los slams de poesía de Diego Villaseñor y Cecilia Magaña, los box poéticos que organizaba Mauricio Ramírez, y que anteriormente había organizado Raúl Ramírez, incluso presencié, de manera involuntaria pero con mucha fortuna, recitales de Lalo Quimixto en los camiones urbanos en la ciudad.

En aquella época era parte de una nueva camada de jóvenes poetas que nos tocó comenzar con el nuevo milenio. Y en aquella época aun teníamos reminiscencias de lo que fue el movimiento poético y cultura que se había manifestado en la década del noventa. Nosotros también había decidido levantar la mano para expresar nuestras visiones, inquietudes, y en un afán de unirnos al trabajo poético que hacían los poetas en Jalisco, nos propusimos organizar lecturas, en el café Epicúreos, en los que convivirían autores emergentes, con voces ya conformadas y poetas con trayectoria. Nuestro afán era aprender de todos. Buscábamos el aprendizaje y al mismo tiempo levantar la mano para mostrarle al mundo que existíamos.

De aquellas tertulias y lecturas de café, conformaron el contexto donde surgió la figura de Juan Antonio Cervantes.

La ciudad, la bohemía y el artista son una triada difícil de romper, por lo menos aquí en Guadalajara. Las viejas cantinas, los antiguos cafés tienen en su memoria las extensas y variadas charlas, lecturas y tertulias que han protagonizado un sinfín de escritores, creadores, artistas e intelectuales en Jalisco. Y muchos de ellos han sido testigos del sentido que recobra “La cultura en la ciudad”. Son los espacios que al margen de las Academias y de los recintos oficiales dedicados a la cultura, le dan sentido a la actividad cultural. Es en esta premisa que el trabajo de Juan Antonio Cervantes tiene importancia y relevancia, como una de esas voces que escapan de los discursos hegemónicos, en los que se recrea y configura la identidad poética afines a las instituciones oficiales y la academia.

Su desarrollo no se ha limitado a las publicaciones en revistas, ni le ha correspondido participar en el trabajo editorial del estado. Su producción impresa es muy escasa, le corresponde poemas sueltos de mano en mano, apariciones en revistas, menciones en algunas antologías y una plaquette, que en alguna ocasión publicó en el viaje. Sin embargo su vigencia y el interés ha estado ligado a los poemas que ha compartido a través de múltiples lecturas, participaciones en charlas, encuentros en bares, cafés, centros culturales de esta ciudad.

II

En los años setenta, a pesar que el horizonte vislumbraba una ciudad en progreso, los barrios aun conservaban un aire pueblerino y conservador. Es en el último día del año 1973 que llega al mundo Juan Antonio, en el barrio del Santuario y como él lo dice, en Poesía viva de Jalisco;  en el colegio le enseñaron a sumar y a rezar en voz alta, pero también que existe una buena vida de pecado.

Los años setenta el Santuario vive entre la devoción de los fieles a la virgen de Guadalupe, y las ideologías marxistas, que también ya se habían impregnado en las colonias San Andrés y el Fresno, años en los que se manifestaría el movimiento social de la Liga 23 de septiembre y los terribles años de la FEG y su impunidad.

Ese es el contexto en el que nace y crece Juan Antonio, en el seno de una familia de clase baja, cuyo sustento principal es una botica y que va impregnar la conciencia de clase que está manifiesto en sus poemas, pero su intención no es el discurso de la lucha de clase, sino que muestra y sublima al personaje en su diario acontecer en al barrio, y que vive en una violencia  y exclusión sistemáticas que ya no asombran, porque han sido asimilados bastante bien, que forman parte de la cotidianeidad.

Y si esa realidad ya no asombra, entonces en los detalles, en la mirada con lupa de los pequeños momentos, se revela la belleza en la podredumbre humana. Y es allí donde, en lo cotidiano de las familias del barrio donde su poesía se convierte en un respiro, y un asomo que nos revela que todos estamos vivos.

A este camión nos subimos los subordinados

Los que nos peinamos cada mañana ante el espejo irrepetible

Los que creemos en el tiempo como una hacha en las manos del verdugo

Los que elegimos, como un pétalo de angustia: una casa,

Una mujer, un hijo; el cuerpo avejentado 

De una cuenta impaga.

 

A este camión nos subimos los subordinados

Los que creemos cada quincena

En la total  puntualidad de los violines,

Los que creemos, forzosamente,

En  el desamor de algunas fábricas, de algunos bancos,

De algunas oficinas puramente tristes;  los que creemos

En el alocado  desamor de un sueldo mínimo

      

La existencia de los otros nos define y nos moldea, cada personaje del barrio, de la familia no solo son importantes, sino que son extensiones de nuestra propia identidad. Es por eso que a los cercanos se le eterniza y con logra con ellos transcender el tiempo para evitar, que el polvo, en el que se convierte el cuerpo después de transformar la vida, logre borrar la memoria colectiva y familiar, lo que se renombra finca la memoria y la apresa para darle sentido.

 

La vida es dura,  la vida es frágil, la vida es una lima verde.

Que nombre dijeron?

Dijeron dolor pesar  con apellido de quien, con aire de dónde?

Con rapidez del corazón, con lentitud del corazón

Ándate con cuidado corazón que te me caes

Agárrate fuerte de mi aire, de nuestro aire,

Del aire espeso de mayo del duro y flexible

Abanico de los días. Agárrate noche

A la mano de otro día y a la mano de otra tarde

 

  Este es su trotar por la ciudad, transitar por las calles de la infancia, donde el barrio nos une, y al hacerlo, convierte el espacio en un barrio universal, estas calles son las mismas en otras ciudades, otras latitudes, y por eso nos identificamos.

 

A esta calle la quiero, con toda mi niñez

Y con todas las tardes de sus juegos.

Ya  a esta edad, en que los viejos muros han caído

Dejando solo al sol en el espacio de sus puertas.

La quiero  por haberme enamorado

Y por haberme dejado enamorar

Bajo los balcones de su falda

Donde siempre el arco de su leve luz

Iluminaba el beso húmedo y callado.

 

La poesía de Juan Antonio Cervantes retoma la tradición latinoamericana de Pablo de Rokha, de Eugenio Montejo, de César Vallejo para crear sus contracantos y dialogar.

 

III


Muestra de poesía inédita de Juan Antonio Cervantes.

A este camión

 

A este camión nos subimos los subordinados

Los que nos peinamos cada mañana ante el espejo irrepetible

Los que creemos en el tiempo como una hacha en las manos del verdugo

Los que elegimos, como un pétalo de angustia: una casa,

Una mujer, un hijo; el cuerpo avejentado 

De una cuenta impaga.

 

A este camión nos subimos los subordinados

Los que creemos cada quincena

En la total  puntualidad de los violines,

Los que creemos, forzosamente,

En  el desamor de algunas fábricas, de algunos bancos,

De algunas oficinas puramente tristes;  los que creemos

En el alocado  desamor de un sueldo mínimo,

Y en su tibio y  loco abrazo,   -con el que lejana,  y estrechamente,                                  

Venimos amasando a nuestro amor -

 

A este camión nos subimos los subordinados.

Los que miramos a través del vidrio turbio y en silencio

La clandestina claridad con que  se rompe el dique vivo de las lágrimas

Los que constatamos, con un ansia, ese halo de vaho tibio sobre el vidrio,  

Que condensa y disipa todo el ardor  de las posibilidades;

Todo el ardor que nos pega en el rostro  como un alma

Y que solo podemos reconocer posiblemente

Como el brillo oscuro de una lagrima

A este camión nos subimos los subordinados

Y que indescriptibles de un ánimo

Nos regocijamos con algún perfume rápido de muchacha

Con alguna silueta pasajera

Labrada en la benigna puntualidad de la belleza, labrada

En los  ojos puntales que nos miran desde  el mármol

De  nuestra  repentina soledad

 

A este camión nos subimos los subordinados

Ávidos,  de encontrar el otro rostro

Que nos  mira del otro lado de la calle; ávidos

De encontrar la perseverancia de los lunes

Corriendo hasta la dicha del  domingo

Ávidos de encontrar la misma calle, 

La misma casa, el mismo espejo

Que dejamos

Al partir

***

A esta calle.

 

A esta calle la quiero, con toda mi niñez

Y con todas las tardes de sus juegos.

Ya  a esta edad, en que los viejos muros han caído

Dejando solo al sol en el espacio de sus puertas.

La quiero  por haberme enamorado

Y por haberme dejado enamorar

Bajo los balcones de su falda

Donde siempre el arco de su leve luz

Iluminaba el beso húmedo y callado.

La quiero. Toda traqueteada la quiero.

Toda tartamuda. Toda adornada

De viejos lazos de procesión y de viejos sentados

A la orilla de su puerta. La quiero con sus muertos,

Con sus gritos, con sus silencios, con el murmullo

De donde  han florecido los más bellos fantasmas.

La quiero llovida,  soleada  o astillada por el alba

La quiero fiera;  La quiero azulada por la luna 

Aunque sus muros luzcan como una triste mujer

En espera  de nadie desde todas las ventanas.

La quiero, a esta calle la quiero, ya a esta edad,

En que los viejos  muros han caído

Dejando solo al sol en el espacio de sus puertas.

 

***

 

La alegría de los mercados

 

En el mercado amanece fresca la alegría  entre  las escamochas y los mangos,

Entre las manzanas, las piñas, entre el verde tumulto de los limones.

 

Amanece entre rebozos  y  mandiles limpios y oxidados 

que salpican sus  de gotitas  de sangre o de ternura ,

 afilada entre los cuchillos y las sierras

que traspasan limpiamente el espinazo.

 

En el mercado  -muy temprano-

se sopla  al humo de una taza de café,

a la benigna cuchara  de un plato de menudo, 

 

Mientras  insomne,  se sopesan las realidades  y los sueños,

 y  el día,  no es más que un viejo cucharon  que nos despacha 

sus cien gramos de poesía,   sus tres cuartos de kilo de esperanza .

 

 La alegría  del mercado está siempre  fresca de tilapias y de pargos,

de   jitomates encendidos  y de cebollas  que lloran su  alegría

solar y blanca,  perfumando a las fondas y a los tacos 

siempre solidarios

 

Mientras las rojas rebanadas de sandía  te sonríen desde el cliché

y  la hierba buena  y el cilantro,  hacen que te acuerdes 

de verdes y frescos  manojos de muchachas;  Al paso,

 

las cabezas de los puercos y de las  vacas 

te miran fijamente recordándote el futuro,

 

Mientras se colorea entre cubetas la  paciencia tierna de las flores,

Y un niño llora y  una ruidosa  abeja sobrevuela

 

 

***

Amorosa  azul

 

La mujer policía besa, arresta,

Deja a tiempo 01 la cocina,

4-7 la cama y todo eso

Mientras gendarmiza  los cabellos

Las camisas,  y remienda

Los pantalones rotos;  ahí con las manos

 Sobre la pared compañero

3-1 sin moverse

Y los platos

Y las uñas

Revisión de rutina

Al revés el talle espejo

La perfecta dimensión del traste

Lucidez redondez

Al alto brillo la pistola

La macana

La mañana mañanera

Que felicidad, la macana,

La sonrisa, la justicia,

La patrulla,  El talle 7-5 Robustez,

 8-6 morenaza, rubidia rosa,

Mi teniente,  mi incidente por sospecha 

Con este poema tras las rejas

 

***

 

Mujer, yo soy Juan y te amo:

Sufro de los más fieros huracanes

Pero esta tarde  como un niño  asustado

Déjame bailar bajo tu falda

 

***

 

Yuridia

 

No Yuridia.

No me deberías de haber besado a los nueve años.

No me deberías de haber dicho que tu boca

guardaba una dulce salamandra

para caminar sobre mi cuerpo.   

 

Aun te sueño.

 

Hoy es noche que todavía no termino

de descifrar el misterio de tu vientre.

Hoy es noche que todavía me sigue atardeciendo

con su lejano silencio y con tus manos.

 

Dime, era yo tu hijo Yuridia?.

 

Era necesario que me arrullaras en tu pecho

como a un niño herido por tus ojos,

y que me dieras del tembloroso filo de tu voz,

para no caerme de tu carne?

 

Aun te sueño Yuridia.

 

 

Como la estampida de caballos lentos

en el fondo de mi espalda

Como la dulce quimera

que me alumbra a media tarde,

entre la humedad de sus piernas.

 

***

 

Necesito una mujer

 

que sea idéntica a la mía. 

Que tenga absolutamente todo

 lo que tiene mi mujer

y que le sobre todo

 lo que a mi mujer le sobra

por ejemplo:  Los ojos.

La necesito con su exacta voz 

fónica y raspada

para que diga igual mi nombre

con todos sus  chingados,

con todos sus  puntos y sus comas,

como cuando dice :  Ven, amor, acuéstate  conmigo.

La necesito con sus manos

con las mismas pecas que cuento yo en su cara

con el mismo lunar que tiene en el pecho 

que es como el eje de un  espiral

que me lleva a todas partes de su cuerpo.

La necesito urgente con su sombra

La necesito urgente aunque esté dormida

La necesito urgente aunque ande de aquí para allá

tratando de averiguar  las propiedades del feng shui

y del pilates

La necesito para platicar y fumar un cigarro

mientras la televisión habla sola

con esa ausencia que no nos pertenece.

La necesito, por si hay mucho sol o por si  llueve

y es necesario retratarnos desnudos a relámpagos

y fingir que de alguna manera les tememos

para no darnos tregua sino  hasta el siguiente día

y hasta el siguiente y para siempre.

La necesito.

Necesito una mujer idéntica a la mía

para que se quede cuando ella no está,

y no se quede tan solo este espacio

que ella habita.

 

domingo, julio 17, 2022

Abigael Bohorquez

 

AGUSTIN

(NOTICIA DE MUERTE CON LA QUE SE CONSTERNA A UN CUATE, AL ESCUCHAR POR LA RADIO, VELORIO, PASIÓN Y SHOW CON EL CADÁVER DE AGUSTÍN LARA, QUE MURIÓ DESPUÉS DE FUNDAR UN HUERTO)

A las cinco y minutos de la tarde del día sexto

y en la última pesca de sirenas, a la que concurrió  

como simple curioso,

por tener un fémur quebrado y el corazón a punto del poema,

murió Agustín Lara, músico, poeta y flaco,

como un pajarito de sí mismo,

y dando un ronco grito de rey viejo

que inventó su retraso

en noviembre de mil novecientos setenta

y con el soñar trizado en lo más blando,

murió

en el último turno de sol,

Agustín Lara,

casi sin equipajes;

y me duele hasta el vaso que no cesa,

el otoño que se levanta y anda,

y la canción,

aunque yo sepa que en un día como el de hoy

toda la canción se trunca,

como las golondrinas de azúcar glass

que ya no le cupieron

en el corazón

 

Mientras tanto, señoras y señores,

hacemos un envío de micrófonos a la X.E.W.

La Voz de la América Latina desde México,

adelante, compañero;

y dentro de penosísimos instantes,

vamos a constatar que todos nuestros cantores,

artistas y demás no encuentran palabras

para expresarse;

la chaparrita de oro Dora María no dice nada

porque no tienes palabras

entrevista Alemán Velasco a Libertad Lamarque

la que tampoco encuentra palabras con qué expresar su dolor

y a través de la que estamos muy trijtes

y todo le ha chegado al alma;

Jorge Mistral llorando tequilísimas lágrimas

dice que quisiera estar acompañándolo allí adentro

en el cajón,

y viene Linda Arce y nadie quería darnos una razón

y esto es horrible horrible,

Joselito Huerta opina que es un enorme honor

que el mejor flaco del mundo

hubiera muerto en México,

y todos están encantadísimos con los pormenores del show,

los que le conocieron cuando muy niño,

los que conocieron a su papá y a la Chata Sozaya

los que presenciaron su ascendimiento,

los que ahora se apretujan para que descienda requetebién;

y hace su aparición Ana María Fernández su primera intérprete

que viene desde Honolulú esquina con Niño Perdido,

y se habla del enorme hueco que deja vacío

y del que se va a llenar;

y los locutores tampoco tienen palabras

con qué hacerse entender,

irreparable, inenarrable, dicen, no se ha muerto Agustín

no lo puedo creer, solo se nos ha adelantado;

y Ana María González, aferrada al micrófono,

dice que España toda llora entre misa y misa,

partido y partido, genuflexión y mentada y genuflexión ;

y dice Olga Guillot no dice que Cuba llora,

pero nosotros sabemos que sí,

mientras que el mundo está de luto y ay, Agustín

que estás allí escuchando,

y aguas, que se desmaya Amparo Montes;

y atraviesa la pasarela Juan Záizar y dice:

primero vino Revancha y luego Mujer y Rosa,

Te Vendes, María Bonita, Imposible y Pecadora;

y los compositores que están bastante hablantines para su edad,

dicen que se resienten retristes,

y, mano te quiero decir que se nos ha ido al hoyo

las más grandes cabezas y Alvaro Carrillo y Tata Nacho

y ya nos tocará;

y mañana lo velaremos en Bellas Artes, pero en un pasillo;

y será sepultado en la súper retonta de los hombres sin lustre,

precisamente atrasito de Juventino Rosas, hermano del alma;

y dentro de quince días,

cuando las difusoras,

las discotecas,

los clubes de admiradores y el niño, dicen,

y el adulto con su chamarra, su Alarma bajo el brazo

y el cansancio reflejado en su rostro,

viene a entregar su corona de flores, dicen,

con Agustín se va una parte de nosotros, dicen,

con Agustín perdemos el pupitre y el primer amor, dicen;

y ya que siempre no

pongan los listones negros en las fachadas de las casas,

y hasta en el hocico de los comentaristas,

se olvidarán,

 

y aparece Chavela Durán confundida con el pueblo de México

y tampoco tiene palabras; Chela Campos

la dama del bastón de cristal”, hace su entrada  

Pero con bastón de Apizaco (los tiempos cambian, claro),

Y nadie ha visto a Toña la Negra por ninguna parte

-será por el color- ;

las tres almejas no caben por la puerta, calma, primero una;

ahí está Pedro Vargas, pobrecito, y Ninón no pudo venir

porque está crudísima;

le habla Zabludowsky a la Félix a Paris, lo siente mucho,

pero  no tiene palabras con qué expresar su modorra;

pero, señora, son ahora las cinco de la mañana en Paris;

por eso ya le dije que lo siento mucho;

que más quiere que le diga?

(Y cuelga en un largo bostezo sin acordarse de Acapulco);

mientras el Flaco de Oro

toca y canta y canta y canta

desde innumerables discos y entrevistas y entredichos

que para qué

si no tienen palabras con qué expresarse,

mientras hacemos un nuevo envío de micrófonos

a la X.E.W., adelante compañero,

y mira tú que lindo gusanito en la frente de Agustín,

y ya no lo dejes caer más en tentación, Señor,

ya recógetelo y líbrale de todo mal comentario;

Consuelito Velázquez habla de doscientos cincuenta mil pesos,

eso sí, que recibía regularmente Agustín por regalías

y que si no hay herederos pasarán al Fondo de Músicos

y más de cuatro no tienen palabras con qué expresar

su codicia

mientras amanece el primer día

sin Agustín vivo

sobre

la

tierra.   

 

 

Abigael Bohorquez

Memoria en la Alta Milpa

Federación Editorial Mexicana (1975)

Colección Palabra Viva

viernes, mayo 20, 2022

Hacia una identidad cultural de la poesía en Jalisco.

 

La búsqueda de una identidad poética de lo “mexicano” en constante movimiento

 

Recuerdo los concursos de declamación, las historias que me contaban, las canciones que escuchaba en casa, y  siempre encontraba algo que me asombrara. Reconozco que en esas épocas todo es nuevo, y todo sorprende. Cuando escuché por vez primera: 

 

Si tu mueres primero, yo te prometo
Escribiré la historia de nuestro amor 
Con toda el alma llena de sentimiento 
La escribiré con sangre
Con tinta sangre del corazón

 

En la canción Nuestro Juramento de Julio Jaramillo, imaginaba que una pluma atravesaría el corazón del narrador, y escribiría con ella una historia trágica sobre la suerte de su amada. Las grandes tragedias existían porque alguien tenía la capacidad de escribirlas y así llegar a nosotros.

 

Esa era la virtud de la palabra; perpetuar en el instante una historia condenada a repetirse una y otra vez, cada vez que es leída o escuchada, cada vez que es capaz de penetrar el alma y la sique de quien de cualquier receptor. El poderío de las palabras me hacía pensar, que cualquier cosa era capaz de lograrse si se pronunciaban las adecuadas. Y descubrí de niño, mediante los poemas y relatos, que las palabras transformaban y transmutaban. Así que me propuse a leer y escuchar historias, poemas y canciones, hacer un inventario y con ello ellos crear los propios.  Lo que de niño me asombraba, de joven, de adolescente buscaba crearlo. Se llenaban libretas, servilletas, papeles, hojas en blanco con una infinidad de poemas, de dibujos, de garabatos.

 

Los poemas cumplían con una función catártica, y comunicativa. Estaban hechos para el dialogo interno, a veces inconsciente, otra veces, los dirigía hacia personas cercanas, lejanas, que formaban parte de mi cotidianeidad, a lo que aspiraba, era caer en la experiencia personal. Siempre fugaz.   

 

Sin embargo, en la poesía, es necesario retomar los conceptos que Harold Bloom utiliza en el Canon occidental: La universalidad de la obra, y la extrañeza que produce. Una obra que trasciende la prueba del tiempo, se inserta en el dialogo universal, en la que las obras se instauran en un diálogo atemporal, se comunica con otras épocas, con otras culturas, y por ende con otras obras.

 

Un joven que busca hablar de su dolor no llegará a intuir que existe el dolor, que por lo tanto los afectos no le pertenecen. Sino que existe el mundo de lo “Universal” y en Él  lo “literario” se convierte en un diálogo en constante movimiento.

 

“Yo no sufro este dolor como César Vallejo. Yo no me duelo ahora como artista, como hombre ni como simple ser vivo siquiera. Yo no sufro este dolor como católico, como mahometano ni como ateo. Hoy sufro solamente. Si no me llamase César Vallejo, también sufriría este mismo dolor. Si no fuese artista también lo sufriría. Si no fuese hombre ni ser vivo siquiera, también lo sufriría. Si no fuese católico, ateo ni mahometano, también lo sufriría. Hoy sufro desde más abajo. Hoy sufro solamente.” Con estas líneas Vallejo ya nos advierte del “dolor” como una afectación universal, no importa ni las creencias, ni la condición del artista, mucho menos los nombres.

 

El diálogo literario, el diálogo poético entonces es un diálogo universal en el que se perpetúa el instante. Octavio Paz, en el arco y la lira afirma que “El poema traza una raya que separa al instante privilegiado de la corriente temporal: en ese aquí y en ese ahora principia algo” por lo que a la poesía le corresponde la perpetuación de los instantes.

¿Qué es lo que conocemos como poesía?, ¿De qué se habla cuando se habla de poesía?. Quién asume lo poético como forma de vocación, y desde el oficio, entonces necesitará, más que las respuestas, la búsqueda a un sinfín de interrogantes, que tendrá como propósito la definición de lo que pueda conocerse como poesía, y en su afán encontrará también el primer obstáculo: La naturaleza de lo poético no puede definirse, los elementes que hacen posible lo poético no puede definirse, la poesía misma no puede definirse, pueden ponerse puntos de referencia, el lenguaje, el ritmo, los emotivo, lo metafórico, las figuras retóricas, la función comunicativa, sin embargo, en la construcción de lo poético y su definición, lo importante son las búsquedas, las aproximaciones y los puertos a los que se puede llegar, mismos que exigen en el movimiento.  

 

El principio de identidad

 

Cuando en matemática se habla de identidad, suele referirse a las fórmulas matemáticas A = A, B=B y A ≠ B. En términos matemáticos, una “cosa” no puede ser igual a otra “cosa”. Pareciera una abstracción fácil de comprender. El problema surge cuando comenzamos hacer una serie de descripciones físicas de los objetos para poder definirlos. Una manzana por ejemplo, tendrá un volumen, un aroma, un sabor, una consistencia y hasta forma de crujir si es llevada a la boca. La describimos porque  sus primeras cualidades son capaces de ser captadas por los sentidos, y de la misma manera las separamos de las demás frutas u objetos que también somos capaces de concebir desde los sentidos.

¿Qué pasa entonces cuando además de categorizar objetos, también categorizamos ideas?

Harold Bloom, en Canon Occidental, sugiere que lo literario forma el canon, como parte de una sociedad occidental, y esta serie de libros y de escritores han dado una “identidad” que se ha construido a través de las épocas y de los siglos. Ubica las cumbres de la literatura occidental, las estudia y les da su importancia. En la cima sitúa a Whilliam Shakespeare, pero también sitúa en la referencias a Dante Alighieri y a Miguel de Cervantes Saavedra. Su análisis literario es a través del estudio sincrónico, divide lo cronológico en tres fases: Edad Teocrática, Aristocrática y Democrática. Y las obras analizadas, no se insertan en solo en una lengua, están presentes el italiano, el francés, el español y por supuesto el inglés.  Para Bloom, esto constituye parte de la Identidad literaria occidental.

Pero ¿De qué hablamos, cuando hablamos de identidad, y cómo esta está inserta en la poesía de una región o  país?

Tratemos primero de definir lo que es Identidad, Gilberto Giménez (2007) propone que: “La identidad sólo puede consistir en la apropiación distintiva de ciertos repertorios culturales que se encuentran en nuestro entorno social, en nuestro grupo o en nuestra sociedad. Lo cual resulta más claro todavía si se considera que la primera función de la identidad es marcar fronteras entre un “nosotros” y los “otros”, y no se ve de qué otra manera podríamos diferenciarnos de los demás si no es a través de una constelación de rasgos culturales distintivos”. Para el antropólogo, la identidad y la cultura están estrechamente ligadas.

Por su parte Juan José Rondón en “Notas sobre identidad, lengua y cultura” (1992): nos dice que “La cultura es un sistema de símbolos que permiten a cada individuo establecer y reconocer su identidad con todo el grupo que participa de ella” 

En ambos autores, la condición de lo cultura y la identidad están estrechamente ligadas, son parte de un mismo universo. La identidad está en aglomerado más amplio que en el que puede revisarse lo cultural. Para poderlo entender será también necesario analizar sus transformaciones históricas.

Maya Lorena Perez Ruíz, en La Identidad como objeto de estudio (1992) propone que “para comprender las transformaciones de la cultura y la identidad de un grupo, debemos introducirnos necesariamente en el análisis de su historia, no para efectuar una  suma o una resta de sus elementos culturales, sino para explicar las condiciones y resultados de esos procesos en los que el grupo ha tenido que ir adecuando sus marcas de identificación, adaptando o integrando nuevos elementos culturales, ampliando o disminuyendo los límites de decarmacion del grupo, y transformando su conciencia social para integrar permanentemente su ser social distintivo que lo diferencia de los otros, y le permite proyectarse hacia el futuro como condición necesaria”

Con estos tres puntos de referencia podemos establecer qué la búsqueda de un canon que establezca una identidad de la poesía mexicana nos llevaría a replantearnos ¿Cuáles son los referentes culturales que nos definen como sociedad? ¿Cuáles han cambiado con el paso del tiempo? Y ¿Cuáles son los que han permanecido a pesar de las transformaciones históricas?

            Geográficamente podemos situar a México, pero la categorización de las cualidades nos exige también replantearnos “lo mexicano también fuera de México”. ¿Un poeta nacido en México, y cuya obra se ha desarrollado fuera del país, sería considerado en una antología de poesía mexicana?¿O un poeta que nació y creció en otro país, que ha desarrollado una producción literaria y con elementos de identidad mexicana, podría ser considerado para la misma antología?

             Harold Bloom, toma como punto de referencia el desarrollo histórico de occidente para establecer el canon, así como también las lenguas que se desarrollaron en este espacio geográfico y en desarrollo histórico.

            Si se busca el canon mexicano, deberíamos además, establecer ¿Cuál es el punto de referencia histórica para definir a México? Si hacemos referencia a la conquista, lo mexicano tiene como punto de partida el choque y al mismo tiempo, la unión de dos culturas: La española conquistadora y la indígena colonizada, sin embargo, revisando también el desarrollo histórico, hubo pueblos en los que el español no pudo colonizar como es el caso de mixes en Oaxaca, o los wirrárikas situados en la sierra Madre Occidental. O que a pesar de la conquista, una gran cantidad de pueblos indígenas lograron conservar y preservar sus usos y costumbres. Y dentro de la conformación de lo “mexicano” también debemos de considerar la existencia de los diferentes grupos étnicos y sociales que configuran lo mexicano.   

 

 

Naturaleza de las antologías mexicanas 

 

Cuando se habla de poesía mexicana, ¿Desde qué perspectiva se habla de lo mexicano? Y más aún, si esta es una constante construcción inacabada y difícil de así. Tratar de definirla es casi imposible, la implementación de criterios de selección para una antología resulta una tarea imposible si consideramos que la literatura también es parte de un proceso histórico, que además se compone de diferentes realidades.

Cada lengua es una realidad, Harold Bloom propone en el Canon Occidental una identidad literaria revisada desde lo histórico, y separa los escritores contemporáneos imprescindibles en tres grupos que corresponden a tres periodos históricos de la historia Universal. La edad Aristocrática, en donde pone al centro a William Shakespeare, junto con Cervantes. La Edad Democrática en la que pone a Emily Dickenson, a Wordsworth  o Whitman entre otros, y la Edad Caótica en la que figura Freud, Neruda, Borges, Pessoa , Wolf.

En la revisión de autores propuestos en este libro, Harold Bloom, nos acerca a la conformación de un canon entendido como una serie de lecturas que de alguna manera nos dan identidad como cultura occidental.

¿Pero qué pasa en México, ya como una región muy delimitada en tiempo y espacio?

México declara su independencia en 1810, con el levantamiento en armas el 16 de septiembre a cargo de Miguel Hidalgo y Costilla. Su lucha se prolonga hasta el 21 de septiembre de 1821 con la entrada del Ejercito Trigarante a la Ciudad de México. Es a partir de entonces que se concibe el país, y que comenzará en los siglos posteriores en la configuración de una identidad nacional.

En México existe el debate sobre cual deberían ser las raíces propias que nos configuran como pueblo.  Para algunos es necesario partir de la época Precolombina,  y de allí escritores como Nezahualcóyotl, o el libro del Popol Vu son parte de la poesía mexicana,  y autores  Sor Juana Inés de la Cruz forma parte de la literatura Novo hispánica,  deberían considerarse. Sin embargo se cuestiona  el origen de lo “mexicano” y se propone su configuración a partir de la mezcla de las culturas indígenas originarias y la española conquistadora. Por lo que escritores Precolombinos y Novo hispánicos quedan como referentes de las raíces, pero lo “mexicano”, ya como una identidad consolidada, está en lo mestizo. 

Y si revisamos lo histórico, tendríamos que tomar en cuenta que el México moderno, ha pasado por las luchas de Independencia, Guerras de Reforma, las guerras de intervención, la República Restaurada, el Porfiriato, La Revolución Mexicana, El México Institucional, y la época contemporánea. Y en cada etapa de su historia la configuración de lo mexicano ha estado de la mano de la necesidad de definir lo mexicano  con ideologías y características diferentes, por lo que la definición de lo “mexicano “resulta imposible de definir.

Cada antología de poesía mexicana tratan de definir esta identidad, y paralelamente aparece una discusión entono a los escritores que presenta. Antología de la Poesía  Mexicana Moderna de Jorge Cuesta y publicada en 1928, estuvo cuestionada por Manuel Maples Arce quien en 1940 publica su visión de la poesía moderna, retomando el mismo nombre de la antología de cuesta.

Octavio Paz en Poesía en Movimiento, propone una revisión histórica de la poesía,  en la que ubica a los poetas jóvenes como un origen y al pasado histórico como un destino. Esta Antología también estuvo envuelta en el cuestionamiento. Gabriel Zaid propone como respuesta a la antología de Paz, Ómnibus de la poesía mexicana y Asamblea de poetas Jóvenes. Juan Domingo Argüelles también propone una nueva revisión de la poesía mexicana partiendo desde lo histórico en dos libros: Antología general de la poesía mexicana. De la época prehispánica a nuestros días y Antología general de la poesía mexicana. De la segunda mitad del siglo XX a nuestros días.

Los esfuerzos por definir están allí, sin embargo la poesía mexicana es imposible de asir, los referentes históricos están en constante movimiento, la obra de autores que en su momento fueron ignorados, o poco valorados vuelven a salir a la luz y son nuevamente revaloradas, encontrando escritores que no figuraban en la escena nacional, o que eran relegados. Los nombres de Ramón Martínez Ocaranza, Juan Martínez,  Max Rojas, Carlos Gutiérrez Cruz o Enrique González Rojo vuelven a ser retomado por los escritores jóvenes, y los referentes históricos se desplazan para dar lugar a una nueva revaloración de poéticas y también forman parte de una concepción poética.

Lo “mexicano” es imposible de definir, su construcción histórica también está en formación, los más de 200 que llevamos como país independiente no nos bastan para definirnos, la poesía escrita en estos años, y en las épocas anteriores, nos habla también que hay mucho por descubrir desde los referentes históricos.  Las antologías solo son un acercamiento a esa identidad viva y dinámica. Para mostrar este panorama que conforma una identidad dinámica dentro de la poesía mexicana.

Hacia una identidad de la poesía en Jalisco II

 

Los referentes y contextos dinámicos en la poesía regionales

 

Si hablamos de identidad regional, es necesario partir de las definición de cultura y cómo esta se convierte en un elemento indispensable para el concepto de “identidad”, y cómo estos conceptos “cultura e identidad”, después de la aparición de las ideas de 0Michel Foucault, estas se convierten en elementos de poder.  Zygmut Bauman en el libro La cultura en el mundo de la modernidad líquida revisa los conceptos de “cultura” y cómo este mismo, benefició a diferentes grupos y clases sociales, a través de la historia, al tiempo que legitimaban las condiciones que deberían tener “alguien” con cultura, que se insertaba en el progreso. 

 

Marco Aimé, propone entonces que no se puede hablar de “Cultura” sino de “culturas que cohabitan en un mismo espacio y en un mismo momento. En la modernidad líquida, propuesta por Bauman, los conceptos de “cultura” dependerán de los intereses políticos, económicos, sociales… del grupo, de las personas o teóricos que revisen el concepto de “Cultura.

 

Por su parte Stuar Hall, nos habla de la dificultad para definir la “identidad” y cómo, complementando el concepto de “cultura” que desarrolla Bauman, no se puede considerar la “identidad” como algo estático, sino que existe la “diversidad de identidades” no solo en un individuo, sino también en una cultura.        

 

Estas ideas nos hacen replantear la concepción de “Poesía mexicana”, como un aglomerado de “identidades” y “culturas” que han coincidido en un espacio y tiempo determinado. Se debe contemplar diferentes plataformas que han existido dentro de este desarrollo histórico, la producción tradicional de revistas, la producción al margen de lo institucional, la aparición del Internet y todos los derivados de estos fenómenos. Establecer criterios de selección, y hacer el registro de voces poéticas resulta más complejo. Lo histórico también es fugaz. Entonces ¿Cómo puede concebirse la realización de una antología de poesía mexicana? ¿Qué referentes y qué contextos deben considerarse para la concepción de una poesía mexicana? ¿Qué referentes culturales e identidades deben considerarse?

 

Cuando se establecen criterios de selección para una revisión histórica de la producción de un país, los referentes no son estáticos. La identidad no puede permanecer, como una serie de características y referentes estáticos aunque estos referentes hayan permanecido intacto a través del desarrollo histórico. La necesidad de lo “mexicano”, no ha sido la misma, desde el nacimiento y desarrollo de las grandes ciudades.

El problema demográfico en México, en las décadas posteriores a la Revolución,  obligó a plantearse lo mexicano, frente la entrada de los referentes culturales extranjeros. Surgió como propuesta el rescate de elementos culturales propios del campo post-revolucionario. Elementos que están visibles en el muralismo y en lo que se conoce como “La época del cine dorado mexicano”, sin embargo, no es  la misma la necesidad de establecer lo “mexicano”  en una era global, donde su configuración ya nos permite cuestionarnos cuál es el papel del mexicano en el extranjero, en donde lo mexicano logra despojarse de sus prejuicios y sus complejos.

 

Consideremos ahora el corte transversal, el estudio sincrónico. La poesía en un momento específico, para hacer el registro actual de las voces que coinciden en este momento o. Una antología que sirva para registrar las voces coincidentes en región delimitada y con criterios de selección y objetivos muy específicos. Los resultados mostrados no quedarán exentos de polémicas válidas y necesarias, que ayudarían a comprender los problemas reales que se esconden a través de la producción de los poemas.

 

Aunque se establezca la transversalidad, se delimite el tiempo y lo “Mexicano” la identidad, y los referentes culturales tampoco son estáticos. Pretender mostrar una identidad desde lo poético resulta un trabajo incierto: delimitar criterios de selección para recolectar poemas de autores nacidos en el país, de autores nacidos en otros países que han hecho producción literaria en el país, o de autores en lenguas indígenas, no siempre lograr en su totalidad una identidad que puede llegar a ser intangible, fugaz e inaprensible.

 

Reconocer que no existe una sola “identidad”, ni una sola “cultura”  nos permite reconocernos ante los otros, con características propias y concordantes con los demás, y al mismo tiempo dinámicas, que nos diferencian de los demás. La identidad nos sitúa dentro de grupos sociales, y nos hace conscientes de los otros. En la identidad reconocemos códigos, lenguajes, cosmovisiones, sentidos y significados propio de grupos sociales o regiones. Que aunque son parte de transformaciones históricas nos definen, y al mismo tiempo nos muestra su naturaleza no estática.

La construcción de estos elementos culturales, nos revela que lo mexicano no es posible de asir, en su totalidad, no se pueden definir, podemos encontrar características que han cambiado con el paso del tiempo. El estudio de estas características, el estudio y revisión de la producción literaria, a través del tiempo, muestra también que las concepciones de lo “mexicano” y de la “poesía mexicana” tampoco ha sido la misma. La revisión ha permitido encontrar puntos que no habían sido tomados en cuenta, si partimos de la idea de la configuración “de lo Mexicano” a partir de reconocer la diversidad de identidades, lo que nos llevaría a englobar lo “mexicano” en una “identidad dinámica”, donde los referentes no pueden permanecer estáticos, es necesario plantear la necesidad de revisar bajo lupa, los panoramas regionales. Las muestras de poesía regional permiten encontrar recovecos que no son considerados dentro del panorama nacional, y en esos recovecos se inserta la variedad poética. Las posibles ramificaciones y trayectorias en que se desprenden nuevas posibilidades de lectura y reconfiguración de los panoramas nacionales.

 

En busca de un panorama regional 

 

Las antologías mexicanas muestran un panorama general, a partir de los registros poéticos que existen en los diversos estados. La necesidad de mostrar una identidad nacional a partir de la poesía, aunque no se pueda definir lo “mexicano”  Las voces que se consideran para los registros suelen ser aquellas que tienen mayor trascendencia y relevancia, forman parte de una configuración nacional, ya sea porque han sido favorecidos con una beca federal o estatal, porque han sido acreedores de algún premio, han sido publicados en alguna editorial institución oficial, ya sea gubernamental o universitaria. Y en la mayoría de los casos, no se puede negar la trayectoria y respaldo que los poetas seleccionados suelen tener.

 

Toda antología es un debate sobre lo que se debería y no debería mostrar como registro e identidad nacional. En Poesía en Movimiento Octavio Paz hace una revisión histórica de la poesía escrita 1966, y sitúa la poesía joven de la época en José Emilio Pacheco, Homero Aridjis, Juan Bañuelos, Oscar Oliva entre otros. La aparición de esta antología inspiró el trabajo de Asamblea de Poetas Jóvenes por Gabriel Zaid, y en ella destaca un fenómeno importante, la masificación del ejercicio poético, y la gran cantidad de poetas jóvenes que estaban emergiendo y consolidándose en la década de los setenta.

 En este vaivén por registrar y mostrar una identidad nacional poética, escapan de la vista recovecos. La identidad es un concepto que no se puede definir. Y como fenómeno también es imposible configurar. Ni siquiera los hechos históricos permanecen estáticos. La historia, es la interpretación de los sucesos, a partir de quien lo cuenta y por lo tanto, solo es una pieza de un rompecabezas muy grande, imposible de concebir en su totalidad. Este fenómeno hace que los referentes nacionales e históricos, dentro de la configuración de una poesía nacional también cambien, las nuevas generaciones se dedican a buscar, rescatar, encontrar hallazgos que cambian por completo el panorama histórico, y se revisan poetas que no estaban considerados, o no se consideraba su importancia dentro del panorama nacional en su época, y ha sido la lectura lo que ha hecho posible una revaloración y revitalización de su poesía. Aquí tenemos los casos de Carlos Gutiérrez Cruz, Max Rojas, Oscar Martínez Ocaranza, Juan Martínez, Enrique González Rojo Arthur, Abigael Bojórquez, Mario Santiago Papasquiaro.

 

Si en los registros históricos no son estáticos, los registros nacionales tampoco lo son. En las revisiones sincrónicas y diacrónicas de la poesía deben considerarse y no subestimarse los recovecos. En el registro del panorama nacional, la revisión de las posibles voces siempre estará mediada por quien o quienes la hacen, siempre desde su concepción, desde sus afinidades, estéticas, y sus valoraciones. Es en los recovecos, en aquellas lecturas que se dejan desde fuera, en los que se puede encontrar riqueza y diversidad. Es por eso, que la revisión de un panorama nacional, debería realizarse desde la concepción de los panoramas regionales. En un corte transversal, en los registros que se dejan fuera, o que simplemente no son contemplados se puede encontrar la pluralidad que si es una característica de la poesía nacional.

 

En la revisión de las antologías, Manantial Latente de Ernesto Lumbreras y Hernán Bravo Varela, Antología general de la Poesía Mexicana de Juan Domingo Argüelles, Connecting Lines New Poétry From México de Hernán Lara Zavala, o México 20, La nouvelle poésie mexicaine, de Jorge Esquinca, Myriam Moscona y Tedi López Mills por citar unos ejemplos, figuran los nombres, de poetas nacidos en Guadalajara después de 1965 (y solo por poner un año de referencia) de Luis Vicente de Aguinaga, Mónica Nepote, León Plascencia Ñol, Ángel Ortuño, Víctor Ortiz Partida. Nadie y absolutamente nadie cuestionaría la importancia y relevancia de los poetas nombrados en el panorama nacional, su trabajo, su dedicación no estarían en tela de juicio. Pero ¿Qué otras voces, que están dentro de estos recovecos, pueden ser consideradas? Comencemos primero por configurar un panorama general de la poesía en Jalisco.

 

Panorama de la poesía en Jalisco.

 

En 1980 Gabriel Zaid publica Asamblea de poetas jóvenes, y da un registro de 164 poetas nacidos en México entre 1950 y 1962. Y en esta antología se reconocen, como parte de una generación joven, poetas que en Jalisco tendrán un desarrollo importante como lo son los casos de Raúl Bañuelos, Ricardo Castillo o Ricardo Yáñez.  En esta generación de poetas jóvenes aparece el primer taller literario en Jalisco, Protoestésis a los que pertenecen, entre otros, Ricardo Yáñez, Jorge Souza, o Carlos Prospero, y su lugar de reunión era la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guadalajara. Todos los que pertenecían a este taller, eran jóvenes estudiantes.

 

Elías Nandino, llega a Guadalajara unos años más tarde a dirigir el Departamento de las Bellas Artes de Jalisco, y retoma el taller e impulsa el trabajo de los jóvenes escritores a principio de la década de los ochenta, como Jorge Esquinca o Luis Alberto Navarro. Esta generación también es cobijada por los escritores Arturo Rivas Sainz, Adalberto Navarro Sánchez y Ernesto Flores. Quienes son los referentes de la poesía en Jalisco, y son apoyados con talleres, con publicaciones, con lecturas, en las clases de la antigua Facultad de filosofía y letras de la Universidad de Guadalajara. Aparecen publicaciones que son ya un referente, tanto en el Estado, como a nivel nacional, como lo son los libros Pobrecito Señor X de Ricardo Castillo, El cantar del Forastero de Raúl Bañuelos, o Ni lo que digo de Ricardo Yáñez.

 

En 1989 Raúl Bañuelos, Dante Medina y Raúl Aceves publicaron uno de los trabajos más importantes que se habían hecho para registrar la poesía de escrita hasta ese año, la antología: Poesía reciente de Jalisco. En la que registran los poemas de Ricardo Castillo, Ricardo Yánez, Raúl Ramírez, Erica Diez, Carmen Villoro, Jorge Esquinca, de los propios Raúl Bañuelos, Dante Medina, Raúl Aceves, entre otros. En ella localizaron a 354 poetas, y antologaron 73, sin duda era un referente necesario para la poesía que fue escrita por autores nacidos después de 1945. En la década posterior, algunos escritores ya eran referencia para la formación de las nuevas generaciones y la figura del taller tomó una gran importancia. La  tradición literaria fluía y se recreaba con el taller, que tiene en primer lugar, en Luis Patiño Téllez, profesor de la Universidad de Guadalajara en esa época, y en segundo lugar el grupo de jóvenes de Protoestésis, los primeros referentes del taller literario en Jalisco.    

 

En la década de los noventa; Raúl Bañuelos, Carmen Villoro, Ricardo Yánez, Ricardo Castillo, Roberto Villa, Cesar López Cuadras, Artemio González, Patricia Medina, Paola Alcocer eran algunos de los talleristas que dieron cabida y formación a la siguiente generación de escritores jóvenes. Las bases que se asentaron en los años setenta y ochenta, dieron configuración muy interesante en el panorama de la poesía en Jalisco. Los rasgos característicos del contexto en que emerge esta generación están marcada por el nacimiento de revistas clave para comprender la época, Trashumancia, Juglares y Alarifes, Luvina, El Zahir, La Migala, La voz de la Esfinge. Y de la profesionalización de editoriales que también son un referente como lo son Mantis, LIteralia, Arlequín, o Paraíso perdido. De los noventas debe tomarse en cuenta los trabajo de Ernesto Olvera y su antología del cuento último en Guadalajara, Felipe Ponce, Jorge Orendaín, y Alejandro Zapa con su antología de poesía Tiro al Blanco y López Cuadras con su libro, Muestra literaria reciente de Jalisco.

 

Esta generación está marcada por las explosiones del 22 de Abril en Guadalajara, este hecho histórico marcó un ante y después, en la manera en que se concebía y difundía la poesía. Se solía hacer pintas con poemas en la zona devastada. En el 2002 Jorge Orendáin y Felipe Ponce recopilan diversos textos sobre el tema, en el libro Estela contra el olvido, entre los que se encuentran poemas de Salvador Sotero, Dante Medina, Luis Vicente de Aguinaga, Karla Sandomingo, Mauricio Ramírez, Alejandro Zapa, Raúl Aceves, Raúl Bañuelos, Enoé Eréndira, o Ramiro Lomelí, entre otros.

 

La tradición del taller en los jóvenes escritores nacidos después de 1975 se renovó con, los ahora talleristas, que en la década de los ochenta y noventa habían forjado sus voces poéticas en los talleres literarios, Jorge Orendain, Karla Sandomingo, Godofredo Olivares, Luís Armenta, Ñol Plascencia, Luís Martín Ulloa  entre otros tomaron la estafeta y forjaron las voces jóvenes que ahora figuran en el mapa literario.

 

A partir de esta nueva generaciones, el libro, ya no es el único espacio para la promoción y difusión de la poesía, el performance, la poesía en voz alta, la teatralidad, la oralidad, se convierten en recursos que se fusionarán con la creación poética. Lo mismo se ha una lectura en un espacio institucional, que en un café, que en camión de pasajeros.  Ya no hay una preocupación por construir una poesía canónica, tampoco pertenecer a un grupo institucional, o crear y publicar al margen de una beca, o de una institución. Lo que llevó a la concepción de una poesía marginal, y en ocasiones marginada. Una poesía con un espíritu libre, rabioso y al mismo tiempo, de resistencia, que bajo ninguna circunstancia estuvo peleada con las publicaciones que se hicieron desde la Dirección de Publicaciones del Estado, desde la Universidad, o de las revistas oficiales. El espíritu siempre fue de hermandad, de unión y de fraternidad que se encontraban en una franca camarería con músicos, artistas plásticos, dramaturgos..

 

Entre los libros y autores que se deberían revisar para encontrar los recovecos y esos casos que se escapan de la vista de los estudiosos del panorama nacional y que explicarían este espíritu libre y alterativo se encuentran, entre otros títulos: Qué. Poemas del Axolote, (Arlequín 1998), La mano verde de tu edad, (Digna 2002), ambos libros de Pedro Goche, Polvo y raíz (Editorial Humo 2003) de Enoé Eréndira, Malestar (Arlequín 2004) de Enrique G. Gallegos, Paris 1948 (Digna 2001) y Pez en el cielo (La zonámbula 2010) de Lalo Quimixto Chacala, Moradas llenas de Ostras (Edición de autor, 1995) de Salvador Sotero, Con un cuello de botella roto: San Lalo Blues (La rueda Cartonera 2012) de Sergio Fong, No comas ángeles (Arlequín 1994) y Tragacanto ( Arlquín 2006) de Alejandro Zapa, De allá, al horizonte (Arlequín 2006) de Adriana Leal, La quinta fundación (CECA 2009) de Ramiro Lomelí, de Costa Norte (Centro Universitario de la Costa, 2001)de José Ramos.

 

La influencia se encuentra en la siguiente generación de autores, nacido a finales de los setenta y principios de los ochenta, que también han seguido y han encontrado en la resistencia y la libertad de sus palabras, un camino natural en la configuración de sus trabajos, entre los cuales se encuentran los poemas textiles Suturas y des---costuras (coedición, la Rueda cartonera-el viaje, 2012), Niñas vivas (Cosescribe/Verso textil 2018), de Judith Satín, Junto al árbol de la noche (Uno x uno mis ovarios Editorial Textilera 2013) de Sara Raca, Todo es babel ( Linterna Sorda 2006) de Hugo Plascencia Madrid, En las alas rotas de mariposas (Edición de autor 2005) y Viento versal (Zonámbula 2008), de Angélica Maciel, El Cinematógrafo de Platón (Zonámbula 2018) de Abel Díaz de León Floreano, De jueves a amarillo (Paraíso Perdido 2007) de Abril Medina, por citar algunos ejemplos

 

La poesía y los registros en Jalisco tampoco pueden definirse, tampoco son estáticos. No una definición, no se puede definir la identidad de manera tajante, sobre lo que es y no es la poesía en Jalisco, Podemos recurrir a la historia de la poesía en Jalisco, y revisar los trabajos que existen sobre este tema.

 

En 2004 Raúl Bañuelos, Dante Medina y Jorge Souza, publican para la Secretaría de Cultura del Estado, Poesía viva de Jalisco, en la cual hacen una renovación de poesía en los años 2000. Pedro Valderrama en, El Perímetro de la hoja (2007), hace un rescate de la poesía escrita en Jalisco, a partir de las revistas literarias y de las aportaciones que estas hicieron en su momento. Nombra las figuras de Arturo Rivas Sainz, de Ernesto Flores, de Adalberto Navarro Sánchez entre otros. El mismo Pedro Valderrama publicó en el 2021, En la orilla del tiempo, en este trabajo hace un registro de poetas nacidos entre 1967 y 1979, y que han hecho un trabajo poético en Jalisco. 

 

La maestra Sara Velasco, ha dedicado parte de su trabajo, en realizar muestrarios de los escritores en Jalisco, a través de varias épocas. La Doctora Silvia Quezada, se ha preocupado por difundir el trabajo y dar conocer los nombres de los escritores Jaliscienses, a través de dos libros que han recibido apoyo el Seminario de Cultura Mexicana, como los son Diccionario de escritoras en Guadalajara, que se imprimió por primera vez en 2003, en Literaria Editores, y la cual tuvo la fortuna de revisarse en el 2017 y aumentar el segundo tomo por la editorial Salto Mortal. Y en el 2020 publicó Diccionario de escritores jaliscienses.

 

En el 2014, aparece la antología, El viento y las palabras. Renovación Poética en Jalisco, (Autores de 1980 – 2000).  De los compiladores Jeannete Guerrero, Xóchitl Ramírez y Neri Tello, en un intento por mostrar la renovación poética en el Estado, a partir de los autores nacidos en esos años.  

 

Si nos tomamos en cuenta que ya no se puede hablar de una identidad estática y que la naturaleza cambiante de los registros en el Estado, los autores que aparecieron a lo largo de las décadas anteriores; algunos se instauraron en la ruptura y contracultura, otros prefirieron la búsqueda de nuevas expresiones poéticas en el uso retórica en el lenguaje. Pero a partir de las últimas dos décadas el panorama se ha diversificado. Los medios electrónicos, la poesía en voz alta, los Jams, los box poéticos, los video poemas, la poesía visual, los libros cartoneros, entre tantos y tantos canales en los que se diversificado la poesía, hacen imposible tener un panorama real de lo que es la poesía en Jalisco.