sábado, agosto 07, 2021

Vertebración del silencio (FETA, 2010)



 

habrá noticias

los poemas son telegramas

alguno dará señales al otro

aun se vive como papel de agua

donde las palabras

vienen a reclamarnos

 

***


la revolución pidió cabezas. Los que estábamos al frente disparamos. Cayó el que estaba a mi lado, el mirto, el grillo

 

p e r d o n e     si huelo mal

las libélulas consumieron fantasmas en el polvo. A los cinco minutos los añoraba y me olvidaba de ellos. Nunca supieron la importancia que tenían las palabras. Nunca supieron que fui un hacedor de poemas con las palabras que dispararon en mi pecho

 

p e r d o n e   si estoy sucio

de niño me enseñaron a venerar los muertos. Pero no se sabe a ciencia cierta como el desaparecido se vuelve agua

ayer destapé el licor que tenía reservado:

la república solitaria se ha hecho papel-difunto. Se ha hecho república-arena. Ayer brindaba con las libélulas por el polvo que llevaban en sus patas

yo sé que no debe interesarle

que no debo dar explicaciones

disculpe si huelo mal

las libélulas siguen marchando de mi cuerpo

 

***

 

 

su boca gira

            su lengua limpia cada parte de mi cuerpo

                                                                       uno sale con la esperanza de ser otro. Uno invoca moscas y vienen libélulas a aligerar el peso que llevamos en el polvo. Respiramos con la esperanza de jalar a nuestros sentidos algo de atmósfera

uno se levanta con la esperanza que el sabor del pene sea dulce. Pudiera ser que haya lanzado el hígado por el retrete. Pudiera ser que mi pene no sea una extensión de su lengua:

                                   hoy

                                   soy

                                   pez

las palabras que se agitan en mi boca

                                               balbucean

                                                           se llenan de espasmos y de infortunios

                                                           P r o m e t e o

quien llevó fuego a las mazorcas, había dejado su poema de maíz a los indígenas. Quetzacoatl, al verlo, tuvo que huir. Esa era la verdadera historia que escribí para no caer en la mentira. La inventé para tener que contarles

ayer estuve bebiendo

y mientras bebía

pensaba en la arena de su boca

 

***

 

la otra que no es mi boca

            viaja como submarino por mi cuerpo

una burbuja revienta

escapan

            señales de humo

cartas olvidadas en los ceniceros

auroras de tiempo compartido

bajo la protesta de callar lo inevitable

                                                          

la otra que no es mi boca

                                               es celofán

en otros tiempos las circunstancias de los que morían ahogados los hizo flotar. La brújula apuntaba hacía tierra. Los senos de la tierra amamantaron cuerpos suspendidos. El betún y la leche rellenaban sus canales. Había murciélagos en las axilas de los árboles. Todo lo tomó un poeta y lo hizo imagen. El poema fue dicho de generación en generación hasta que se perdió su nombre. Le llamaron                                    prometeo

                                                                                              y con el tiempo

                                                                                                          ladrón

construyó puertas para todo aquel que entrara en monosílabo. La historia la aprendí por el viejo que vivía entre espasmos:

la otra que no es mi boca

            produce peces:

                        miles corren río arriba. Su vientre es el desemboque. Orificio donde el mundo entra en sí mismo. Quien llegue primero será pez con manos y piernas

será agua

            tierra

                        polvo

                        la historia comienza cuando una boca y un vientre son lo mismo. Cuando la boca de enfrente es el comienzo de otra. El agua borra nombres

            la otra que no es mi boca

                        ha girado sobre mi cuerpo


***

otra vez ante el terror que sea un espejo en el cual no pueda verme

ante el terror de ser otro que hace daño y se daña y se vuelve dañino

y se vuelve un grito de no me dejen con esto que pesa pesando

sin hablar sin decir una palabra de lo que no he hablado

qué nadie se da cuenta que soy diferente

qué siento lo que pasa mil veces más que a todos

yo no elegí esta condición cabrona

no sé cuándo nació, en que momento se apropió de mí

me soldaron al mundo y dijeron que escribiera

tomara la pluma y sintiera lo que los otros no sienten

lo que otros cubren con su coraza o caparazón de piedra

lo que otros no ven y no sienten porque no se dan cuenta que existe:

el agua calmada se vuelve violenta

se mueve y choca con toda su rabia y fuerza que trae adentro y la lleva en la sangre

con la que el pájaro muerto se levanta del estómago de su presa

con la fuerza y la violencia que hace escupir y arrojar saliva

con la que se penetra de un golpe en seco el cuerpo

con la que se destazan grillos y libélulas

con la que enterramos el pene en una vagina dura

que se ablanda en cada movimiento

con la que la niña que destaza gatos, mata insectos

y degolla pájaros

            lanza una piedra y violenta el agua

el hombre de madera truena

el hombre árbol truena

se vuelve aserrín seco y prensado en las manos de la niña

que violentó el tiempo de manera inocente

que hizo en el mundo una herida

vertida como un remolino que absorbe todo

lo mata

            lo deja inservible

deja el cuerpo tronando en la noche

cambia el mundo por un beso que se vuelve fisura

y se hace polvo

boca de polvo

boca extraña

como si el tiempo fuera encerrado en las piedras que lo aprisionan

se vuelve inabarcable como la gota de tierra que vuela de mi frente

y me dice que he perdido todo

que nunca existió el todo

que el todo era un espejismo de todo

que todo era una palabra y no una sonrisa

y no una señora que vendía todo lo que no era todo

            y no la luz que emanaban mis ojos

que no eran mis ojos

que no eran los ojos de mis ojos

que no eran los ojos de mis ojos en los ojos de otros ojos que ya no eran mis ojos

que se abrieron para ya no ver lo que estaba abajo

que se abrieron para ya no ser penetrados

que se abrieron porque tenían que marchar con tanto miedo

con tanta rabia

con tanto dolor de estar purgando

un dolor que duele y duele demasiado profundo

que nos absorbe y es imposible conocernos de fondo

porque ya no somos nosotros

ya no somos los que fuimos

porque lo que fuimos se quedó en otra tierra y no quiso regresar

porque la locura nos ganó el paso

porque la traición nos ganó el paso

porque el golpe que llega por la espalda como una mentira ganó el paso

y cuando quisimos voltear ya no éramos nosotros

ya no éramos los mismos

éramos bagazo de fílmame

cadáveres que se resistían a morir

cadáveres resistiéndose a ser enterrados

la tierra es una culera que todo lo sepulta para germinar otra planta

para germinar otro monstruo que nos acaba y nos hace suyo

nos hace parte de él

qué necedad de decirle a la muerte y a la poesía que no sean culeras

que acaben de una vez con los rayos que emanan mis ojos

que acaben con el esperma regado por tu cuerpo

que sequen mi miembro erecto

que lo vuelvan bagazo y lo hagan un chicle

que acaben con esta asfixia de estar doliéndome el polvo

que acaben con todo

                        no quiero ser noble no quiero ser el ingenuo que se entrega

                        no quiero ser pan ni casa ni poema ni recuerdo

                                               pinche muerte

                        no llegas

                        nunca llegas a tu cita puntal

                        sabes que estoy esperando a que llegues vestida de morada

                        o vestida de algodón

                        o vestida de caramelo

                                   pinche muerte 

                                               no puedo conciliar los mundos

                                               no puedo ya con la poesía

                                               que me tiene con los dedos agarrados

                                               que me tiene preso y no me deja salir

                                               me asfixia

                                                           y yo ya no soy yo

                        soy otro

                                   soy una pizca de color ocre

                                   como el cuarto que no dejé que se esfumara

                                   como las líneas que lancé para el cuerpo de quien no puedo pronunciar su nombre no se esfumara

y hoy no se ha ido

se sienta en mi cama y no deja de reírse

no deja de burlarse

no deja de mascarme

no deja que muera en paz

y mi corazón que late demasiado rápido

y mi corazón que desea que fume

y mi corazón que ya no es mi corazón

que es una coraza

que es una piedra dura de hielo rosado y envinado con whisky

que es un coito mal logrado

que es una hierba

             y la muerte que no llega a su cita

                        y yo que siento que no puedo con tanta carga

                        porque me está tomando

                                               porque le estoy diciendo que no entre

                                               porque le digo que no me lleve

                                               porque le digo que no quiero cruzar su abismo

                                               porque le digo que no quiero su angustia

                                               porque le digo que ya no puedo escribir

                                               y sin embargo se empeña a limpiar su cuerpo con mi cuerpo

                                               se empeña a que le sirva

                                               y yo no puedo en este momento

                                                                       yo no quiero escribir

                                                                                  quiero arrancarme esa puta idea                     que tengo que ser poeta porque el mundo necesita poetas

                        y yo les digo que yo no soy

                                   que me confunden

                                               que no es cierto

                                                           que yo no elegí esa condición cabrona

                                               que te hace estar viviendo desesperado

                                               con las ganas de que un día y muy pronto llegue la muerte

                                               que me arranque las manos y los ojos

                                               que el lápiz o la pluma se resistan a escribir:

                                                           me duele estar pensando seriamente en lo que pasa

que los pájaros en las esquinas que han muerto y el gato que los devora

me duele el pecho y chuparrosa que se para en mi mano extendida

me duele la joven que me mira y me mira como si fuera una esperanza

me duele calzar vestir andar por el mundo con la cara sonriente

las horas junto con la hormiga que no descansa

la oruga que camina despedazándose en cada paso

me duele los tantos y tantos nombres que me pueblan

me duele que duerma y que despierte agitado y desesperado

que el sueño sea sueño y sólo pueda tocarlo con mis ojos cerrados

que ya no pueda estar desnudo y transparente mientras vivo

me duele que me duela lo que tiene que doler

mi padre y mi madre y la casa que ambos fincaron con fisuras

me duele que yo sea yo que me parta la vida en cachos y la regale por el mundo

me duele el pito de puras ganas de pararse

me duele el esperma que dejé regado por la casa que no era mi casa

            la ciudad y los hoteles con espejos y los pueblos

los años que se van haciendo eternos

me duelo yo

me duelo yo

me duelo de mí

                        ya me hicieron mucho daño

                        ya me quitaron todo

                                   por eso te voy a enterrar en tierra niña para que no hagas daño

para que seas una astilla que se clave en la tierra

para que no alteres el agua

para que no violentes el árbol sereno

porque la muerte quiere que ande como brasa viva

para que no diga que fue duro pero ya pasó

te voy enterrar como el beso que también sepulta para no enterrarme ni estar sujeto

allá abajo no podrás golpearme de manera inocente

no lo romperás no lo acabarás no podrás no harás no deberás nocometerás

                        allá abajo no sabrás que se siente estar desgarrado muerto que se le niega la sepultura. No sabrás que el animal que nos picó quita el alma y la vuelve densa

que a mi me convirtió en un animal con rabia

en busca de su víctima

en busca de la presa que lo ha lastimado

lo ha dejado herido

lo ha sacado del estado sumiso en que se encontraba

mira como busca tu miedo

como busca tu miedo

allá abajo ya no lo verás

sólo serás tú y la tierra

el animal que anda rabioso y herido allá abajo no lo verás

el morirá cuando le toque

el morirá en otra tierra que no es la tuya

el morirá porque los animales enfermizos se mueren

con la rabia en su hocico y con las ganas de destruirlo todo

el morirá porque es necesario que muera

no puede seguir viviendo en el mundo donde nadie vive


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