lunes, noviembre 29, 2004

horney

y como las chivas perdieron y ya valimos madre, pues no queda mas que llorar y no agûitarnos, dios no ha sido benevolente conmigo desde este año, por lo menos hubiera héchome caso con aquella frase después después que me dejó mi ahora exnovia: Cambio mi vieja, por un campionato, pero parece que ahora se ensaña conmigo, bueno, como perdieron las chivas y ya qué y porque no tengo nada que escribir, no hay nada, absolutamente nada porqué hacerlo, les dejo un cuento que hice el año pasado para la fil. ahora que estamos nuevamente de moda.




Horney

Pack-man y Mario Brons quedaban atrás, lo chido era World Heroes o Street Fighting. En el cine rifaban Kurt Rusell, Stalone, o Segal. En lo que las del salón se entretenían viendo Roberto Palazuelos o Arturo Peniche en las churrocientos novelas marca telerrisa, yo entraba a las maqui. En las mañana la secu y en las tardes las maqui. Me cagaba la madre las viejas del salón. Conducta: HEROÍNA—BUENONA—ROMPECORAZONES, CACA—ROSA derritiéndose por el tercero, por el carita. Y yo y mis compas solo pensando donde meterla, no importaba si con la mas federal (al fin y acabo nadie se enteraría ) o con la mas buenona, (se estaría presumiendo). Y con las viejas pasaba lo mismo, aun cuando la Rocío y la Marta ya habían iniciado a dosquetres, las otras imaginaban el qué se sentirá desde la que decía que solo lo haría por amor, hasta la que decía que solo en el matrimonio para tener hijos (y vaya que los tuvo)

Ese día nos hicimos la pinta. Renta de porno en casa de Eduardo. Sus jefes habían salido. El juego del TOMA—TOMA—CHUPA—CHUPA. Todos hablando como conocedores: a las vieja les excita chuparla, las de tetas grandes son las mas califas, a mi ya me lo hicieron de perrito. Sentí agruras cuando los mecos quedaron el la boca de la chava que la mamaba, salí casi vomitando de la casa. Me fui a las maquis: EL JUEGO-MONEDAS-JUEGOS. RIO vs KENT, BLANKA vs WHILE, SHUN LEE vs VEGA. No me sentía cómodo. Los monos se quedaron en Whats up. RIO se sentó en una piedra. KENT se rascaba las axilas. SHUN LEE se quitó la ropa y comenzó a cogerse con Vega. Los otros monos esperaban su turno, yo me fui a casa.

Me encerré en mi cuarto, encendí la tele y ahí estaba: Yolanda Andrade. 20AÑOS—CHICHIS—FIRMES—BUENTRASERO, y yo JARIOSO—CALENTURIENTO—13AÑOS. El pito hablaba: ¿ton’s que, por la Yolanda, si o qué? Comencé a frotarlo. A partir de esto la rutina era LLEGAR CASA—ENCERDER TELE—VER YOLANDA. Al paso de los días Yolanda vino a visitarme, me tumbaba en la cama, el juego del TOMA—TOMA—CHUPA—CHUPA. Su cara llena chocomil, resistol. Las visitas fueron mas frecuentes. Podía presumir que no soñaba con estrellitas, que yo me parchaba con Yolanda Andrade.

Ya no pude ir a la escuela. Mi cuarto era un caparazón. Estaba forrado de cabellos. Me habían crecido en las axilas, en la mano. Si alguien quería entrar tenía que cortarlo. Olía a pito, había plasta blanca y quien entrara podía ser devorado. Mis amigos llamaban por teléfono y no podía contestar. Yolanda ya no pudo irse.

Llegó una misiva. Papás cortaron cabellos. Yolanda se escondió bajo la cama. La peste que salía de la boca de mis padres secaron las plastas. Desinfectaron el cuarto. Cortaron las fotos que tenía en el closet. El director fue el causante de la misiva y de la salida de Yolanda. Jamás regresó. Ayer la vi conduciendo un programa, hice una señal para que no me hablara. Si viene los psicólogos la van a matar con un matamoscas. Ya han pasado varios años de eso. A este paso nunca confesaré que ahora lo hago con Zafiro Ortega.

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